La vida de adulto muchas veces te impide estar al día con los estrenos de cine, además del de las diferentes plataformas de streaming, que cada día aumentan su catálogo. Sabéis de lo que os hablo, ¿verdad? Así no os resultará extraño que os venga a recomendar una de esas joyitas de Netflix que tenía apuntada en la lista de pendientes y que por fin, aprovechando el puente pasado, he podido ver para saldar mi cuenta. Y cuán grata ha sido la sorpresa al encontrarme con una película magnífica y disfrutable para todas las edades. Si todavía no la habéis visto, os recomiendo El monstruo marino, y aquí dejo mis motivos personales para darle una oportunidad.
Una animación bestial para una historia con aires de clásico Disney
Está claro que el mundo de la animación ha crecido a pasos agigantados en las últimas décadas. Y desde hace mucho tiempo, Disney no es la única capaz de crear relatos cautivadores adornados de una belleza visual magnánima. Un ejemplo de ello es la película recomendada, una muestra de esas sorpresas que uno tiene en el catálogo de una plataforma, y que apenas ha sido publicitada, algo bastante común últimamente.
El monstruo marino es una película a la vieja usanza, que respira esos aires nostálgicos de los clásicos Disney de la época dorada de la industria. Una aventura con filosofía moderna que viene a dejar poso gracias a una historia muy bien desarrollada, con unos personajes carismáticos y con un tono sorprendentemente adulto (dentro de la calificación que tiene) que permite a los ya no pequeños de la casa conectar con ella y acabar complacidos con el resultado final.
Chris Williams (Vaiana, Bolt) es el encargado de dirigir esta increíble aventura de cazadores y monstruos, con un mensaje actualizado sobre el respeto a la naturaleza y la necesidad de romper mitos y leyendas para progresar hacia un futuro mejor. Se nota su trabajo en Disney y esa influencia se ve reflejada en el modelo de personajes y en el desarrollo de la historia, contando con características que funcionan muy bien siempre (o casi siempre) en la industria del ratón. Y, una vez más, aquí surte efecto.
Mark Mancina, que repite con Williams, ofrece una banda sonora muy acorde con el nivel de la película, con acordes y melodías muy épicas y con una canción ideal para el tono de la película.
El monstruo marino es una excelente opción para ver desde la comodidad de tu casa. No tiene nada que envidiar a grandes clásicos de Disney u otros proyectos de animación más publicitados. Lo que ofrece es más que satisfactorio, pues os encontraréis una historia con momentos muy divertidos, otros épicos y con una animación deslumbrante. Pero lo mejor, es que además de entretenimiento, nos brinda un mensaje precioso, pacifista, naturalista y perdurable que se resume en una frase del filme y resulta más actual que nunca: «No importa quién empezó la guerra, solo quién la termina».