Con la llegada de San Jordi, Barcelona da la bienvenida al Barcelona Film Fest. El BCN Film Fest propone una selección de películas del panorama internacional relacionadas en un sentido amplio con la literatura y/o la historia. La idea es ofrecer un festival cercano a un público interesado por el cine y la cultura en general, en el que tengan cabida las propuestas con aspiraciones artísticas y las propuestas populares.
Aquí empieza la crónica del sexto día…
Mr. Wain de Will Sharpe
Cuenta la historia real del británico Louis Wain, un artista, inventor y empresario, que hizo todo lo posible para cuidar de sus cinco hermanas y su madre. Dos eventos cambiaron su vida para siempre: conocer a Emily, el amor de su vida, y adoptar a Peter, un gatito perdido. Los dos se convertirán tanto en su familia como en su inspiración para pintar las extraordinarias imágenes de gatos que lo hicieron mundialmente famoso.
Creo que la nueva película de Benedict Cumberbatch podría clasificarse con una sola palabra: irregular. No se me ocurre ningún otro adjetivo. La película tiene momentos absolutamente brillantes, pero también tiene momentos muy débiles. Y la causa de ello es que no estamos delante de una película, estamos delante de dos (en una). Me explico…
Por un lado, tenemos una película romántica, la trama de Louis con Emily. Por otro lado, tenemos un biopic sobre la trayectoria artística del protagonista, sus victorias y desgracias. Una es muy buena, lo otra es confusa…
Empecemos por lo positivo, la parte que nos habla de Louis y Emily. No es solo que me guste, es que me emociona mucho. La manera en que está narrada la historia de amor me parece exquisita: dos personas que en un inicio no tienen nada que ver la una con la otra, que a medida que se van conociendo van conectando más, que se van abriendo emocionalmente y llegan a ver que pueden contar el uno con el otro… precioso.
De Benedict Cumberbatch poca cosa se puede decir que no se haya dicho ya. Alejándose de la interpretación de su último trabajo (The power of the dog), y asemejándose más al registro que tenía en The imitation game, nos brinda una actuación muy emotiva y muy cuidada. Pero es que al lado de él tenemos a una increíble Claire Foy que brilla como nunca (no me convencía en The Crown ni en ninguna de sus películas posteriores, pero aquí está perfecta). Ambos, consiguen dar ese toque emocional, divertido y dramático que le sienta tan bien a esta parte de la película.
Por el contrario, hay un aspecto no que no me convence, al cual le veo muchas lagunas: la representación de la trayectoria y el impacto de su trabajo en el mundo.
Me parece irónico que, durante gran parte de la película, se esté tratando el trabajo artístico de Wain, y aún así, el espectador no «siente» que esté delante de un genio que cambio o impacto a grande parte del mundo. La única manera en que esto se “siente” es cuando el jefe de Wain (perfecto como siempre Tobey Jones) le dice que sus obras están siendo un éxito, cuando “de repente” tiene un viaje a América, o porque una voz en off sumada a una escena te enseña como la gente “lo adora”.
No me enseñan una trayectoria, no me enseñan una implicación real, no me enseñan esa fuente de inspiración, de felicidad o de ayuda al pueblo de la que tanto me hablan. Bueno, o no la veo. Lo que sí que veo, y seguramente ahí radica la probelmatica comentada, es un ejercicio excesivo por querer enseñar los problemas que le ocasionaba la esquizofrenia que padecía. Una característica que podría haberse compaginado a la perfección con lo que nos habla el relato, pero que se usa tan explícitamente que deja en la sombra al artista.
Insisto, no me desagrada, en su gran mayoría la he disfrutado, pero me sabe mal que no llegue a ser un biopic mejor en el que se traten todos los temas de manera correcta y que se combinen mejor.
Seguid atentos a las próximas crónicas del BCN Film Fest 2022.