Con la llegada de Sant Jordi, Barcelona dio la bienvenida al BCN Film Fest la semana pasada. Del 20 al 28 de abril, Barcelona se llenó de todo tipo de cine en el barrio de Gracia.
El BCN Film Fest propone una selección de películas del panorama internacional relacionadas en un sentido amplio con la literatura y/o la historia. La idea es ofrecer un festival cercano a un público interesado por el cine y la cultura en general, en el que tengan cabida las propuestas con aspiraciones artísticas y las propuestas populares.
Este año, aún no poder cubrirlo tan profundamente como el año pasado, hemos podido estar en él. Aquí nuestras impresiones…
Mi Crimen de François Ozon (Estreno el 5 de mayo)
Francia, 1935. Un investigador deberá resolver el asesinato de un banquero parisino. De entre una serie de pintorescos sospechosos destaca Madeleine, cuyos deseos de fama y fortuna se pondrán en el camino de la investigación.
Mi Crimen me parece que cuenta con una premisa muy original y divertida, pero no me acaban de funcionar las formas con la que la lleva a cabo. Su historia está llena de giros que me atrapan, pero sus diálogos se basan en una comedia y unas ideas que me sacan del relato.
Cuando empieza la película (con su asesinato, sus sospechosos, su pintoresco detective, etc), empecé pensando que teníamos otra versión más del Poirot de Branagh o del Puñales por la Espalda de Johnson. Luego, pero, se transforma en una escena larguísima con toque comedia sobre juicios y acusaciones; haciéndome pensar que será una comedia legal que ocurre en un juicio. Entonces luego viene un giro, y otro, y otro, que van cambiando la historia constantemente. Eso me parece magnífico, ahí Ozon está brillante.
Pero como decía, esta es solo una (potentísima) idea donde sus engranajes no me acaban de funcionar del todo bien. Para llevar a cabo esta “hoja de ruta”, Ozon lleva a cabo un sentido del humor muy particular donde hace humor desde de algo tan básico como hacer “tonto” a determinados personajes hasta llegar a hacer comedia sobre el “Me Too”.
Que no se me malinterprete, creo que se puede hacer humor de todo, y me gusta reírme desde el humor más simplón al humor más retorcido y complejo; pero siempre que este esté bien llevado a cabo y se cohesione con el resto del relato.
Por todo ello, Mi Crimen me parece una propuesta interesante que no llega a despegar.
Els encantats de Elena Trapé (Estreno el 2 de junio)
Tras su reciente separación, Irene se enfrenta por primera vez a la ausencia de su hija de cuatro años, que está pasando unos días con su padre. Incapaz de adaptarse a esta nueva realidad, decide viajar a un pequeño pueblo del pirineo catalán donde tiene una casa, buscando recuperar la seguridad y la calma que siente que hace tiempo ha perdido. Pero el lugar, que en el pasado fue tan familiar, se presenta poco a poco tan abrumador como su nueva vida y la acabará forzando a dejar de huir para enfrentarse a sus miedos.
Siendo yo fan incondicional de Laia Costa, y un seguidor del trabajo de Elena Trapé y Miguel Ibañez Monroy, Els Encantats tiene elementos brillantes, pero hay otros que no me funcionan. Vamos con ella…
Hay algo precioso e indiscutible de Els Encantats, y es lo real que se siente el personaje de Laia Costa y todo lo que le rodea. Como ese viaje que es volver a un sitio del pasado que querías puede hacer de curación a corto plazo.
Y es que, si algo me gusta de la cinta, es lo bien tratado que está el tema del divorcio, de la “separación temporal” de una madre y una hija, y los miedos y arrepentimientos de decisiones tomadas. Todo ello está escrito de una manera tan natural y real (insisto, también interpretado, que mirada tiene Laia Costa) que hace que empatices con ella desde el minuto uno.
Por eso, me sabe mal que toda la historia acabe derivando en Costa en el pueblo, y no profundice más en su nueva vida después del divorcio en la ciudad que ha vivido, vive y vivirá. No es que no me guste la decisión de situar toda la historia en el pueblo (como digo, esa metáfora de como viajar al pasado puede curarte me parece muy interesante), el problema es que todo lo que ocurre en el pueblo no está tan trabajado como lo que habíamos visto en la ciudad. Da la sensación que todo lo que ocurre y las relaciones que se tratan están poco profundizadas (¿el ejemplo más claro? Todo lo del nuevo novio de Costa, que carecen de todo sentido).
En definitiva, Els Encantats podía haber sido una película totalmente distinta, y probablemente mejor.
Beau tiene miedo de Ari Aster (ya en cines)
Beau (Phoenix) es un hombre que tendrá que enfrentarse a sus miedos y paranoias al aventurarse en una épica odisea para llegar a casa de su controladora madre.
Beau tiene miedo, sí, ¿pero sabéis quien tiene medio también? El público de la nueva película de Ari Aster.
Desde hace semanas, (cuando cada vez quedaba menos para el estreno) nuevas noticias, entrevistas y clips de la Beau tiene miedo iban saliendo, y con ello la desesperación del público. Pues bien, yo la he podido ver, y me ha gustado mucho.
Hablar de Beau tiene miedo es difícil, tanto por su estructura como por su trama, pero podemos concluir que Ari Aster hace una ¿road movie? donde cada suceso es más ingenioso y extravagante que el anterior. Desde esa primera parte donde vemos al personaje de Phoenix en esa sociedad tan violenta, desquiciada y alejada de toda humanidad (en mi opinión, la mejor parte de todas), pasando por una segunda que es un homenaje a Misery de King, una tercera parte que es una obra de teatro de Wes Anderson, acabando con un final “Made in David Lynch” tan arriesgado.
Toda la película es un continuo de momentos y peligros cada vez más complejos y extraños que hacen cuestionar todo al espectador, pero que a diferencia de otras películas que juegan la misma carta, esta lo hace con un hilo conductor (muy fino y muy sutil) que evita que pienses que todo ocurre sin un sentido.
Cabe destacar que Phoenix está de 10 y que visualmente es preciosa (dentro de toda esa extravagancia, hay una cabeza pensadora que ilumina todo ello).
Para mí, su única pega es su final, el cual lo veo decepcionante. Entiendo que era imposible cerrar de manera coherente esta historia, o al menos que resultaba imposible cerrarla con todos los cabos atados, pero creo que es su final es un corte seco y sin aviso a un público que está viviendo un cúmulo de sensaciones meteórico (la película duraba originariamente 4 horas, así que espero que ese final se deba a la perdida de una hora de metraje y que algún día seamos capaces de ver su versión completa).
El cazador de recompensas de Walter Hill (Estreno el 5 de mayo)
Texas, 1892. El soldado desertor Elijah Jones parece haber secuestrado y retenido en México a Rachel Price, una elegante mujer de buena familia. Su esposo contrata al legendario cazarrecompensas Max Borland para traerla de regreso a Texas. Al mismo tiempo, el peligroso pistolero Joe Cribbens sale de prisión buscando venganza contra quienes lo enviaron entre rejas, uno de los cuales fue Max.
Que un veterano como Walter Hill, a sus 81 años, siga escribiendo y dirigiendo es toda una alegría, y que encima lo haga con un western ya es una fiesta; pero que decepción ha sido El cazador de recompensas.
Es innegable que bebe de muchos westerns y de los grandes autores del género, pero aquella que se ve más es «Sin Perdón», y por mucho que lo intente no llega a ser ella en ningún momento.
No solo es que la película parta de una historia y unos personajes carentes de fuerza, es que visualmente también está lejos de ser decente (tiene un mal montaje, una mala dirección, una fotografía horrenda y unos escenarios muy poco creíbles).
Se salva el duo Waltz – Dafoe (los cuales siempre están bien y lo dan todo), que su duración no llega a las dos horas y su BSO (aquí tengo que admitir que no conocía trabajos previos de Xander Rodzinski y en muchos momentos salva los muebles).
Para completistas del género y de Hill.
Muchísimas gracias a todos y todas por leerme y acompañarme en estos días del BCN Film Fest 2023.