Uncharted no es perfecta. A pesar de ello, la película basada en el famoso juego es un buen entretenimiento. Comete el mismo fallo que otras adaptaciones de videojuegos, aun así creo que es lo suficientemente agradable de ver como para estar dispuesta a una continuación.
Tom Holland (Spider-Man: No Way Home) hace un buen trabajo como Nathan Drake. A pesar del guion, Holland hace todo lo posible por introducir el punto emocional a la historia. Mark Wahlberg encarna a Sully con su habitual carisma, aunque bastante ausente la gran mayoría del tiempo.
Antonio Banderas como el villano de la película queda desperdiciado e incluso su papel no queda muy claro, parece no saber cuál es su lugar en la historia. Por otro lado, Tati Gabrielle juega mucho mejor su papel como Braddock. Y el rifirrafe de Sophia Ali con Holland sin duda es de lo mejor de la película.
Ver Barcelona también es un pequeño plus. La ciudad tiene una presencia importante en la película, con diversas localizaciones icónicas como la Sagrada Família, la montaña de Montjuïc o la basílica de Santa María del Pino. Aunque, como suele suceder, los guionistas no tienen mucha idea ni conocimiento sobre otros lugares del mundo fuera de América. Ni se esfuerzan por investigar. De hecho, hay una escena bastante graciosa y acertada con respecto a ese punto.
Holland y Wahlberg forman un dúo agradable y ofrecen suficientes risas para mantener a la audiencia atenta e interesada incluso en las partes más lentas. La película tiene mucha acción y una parte de intriga que te mantienen enganchado. Y aunque hay un par de subtramas que no acaban de encajar o tener mucho sentido, Uncharted merece más crédito del que los críticos parecen estar dispuestos a darle.
A pesar de los peros que podamos ponerle a la película, Uncharted es sólida y encantadora. Una diversión fácil que vale la pena probar para los fans de este género de películas.