El año pasado se estrenó la primera (de muchas que vendrán) serie para Netflix de Ryan Murphy: The Politician. Personalmente era una serie por la que no apostaba demasiado pero que acabó convenciéndome mucho. Hace una semana se estrenó la segunda. ¿Mantiene el nivel?
Nuevos objetivos
La segunda temporada de The Politician abandona la política estudiantil por la política estadounidense. En esta temporada, Payton (Ben Platt) quiere luchar por hacerse con el puesto de Senador por el Estado de Nueva York. Para ello tendrá que luchar contra Dede Standish (Judith Light) y su directora de campaña Hadassah Gold (Bette Midler).
Por otro lado, la madre de Payton (Gwyneth Paltrow) deberá tomar una decisión muy importante que podría poner en jaque todo por lo que su hijo está luchando.
Está bien cambiar, pero no en exceso
Como he descrito, y como pudimos ver en él último capítulo de la anterior temporada, el cambio entre temporadas es grande. Es algo que hasta cierto punto se agradece: romper lo visto anteriormente para evitar la monotonía (pero intentando mantener la esencia). Aunque creo que en esta temporada Murphy y compañía no han acabado de llevar del todo bien este cambio.
Esto es así por distintos motivos:
Por un lado, por querer mantener un tipo de humor o personalidades de personajes en un contexto que no es el correcto. Me explico. En la anterior temporada todas las tramas amorosas descabelladas que había, las estrategias políticas surrealistas que se llevaban a cabo o los diálogos absurdamente graciosos que se daban iban a la perfección y entraban correctamente debido a que estaban ubicados en un contexto estudiantil y de adolescentes.
¿Pero qué pasa? Que en un diferente contexto tan grande como es la política estatal hay que cambiar cosas o ajustar elementos para que el espectador lo acepte. Y es que los guionistas han mantenido elementos que en un contexto adolescente funcionaba pero que no lo hace en un ambiente ‘serio’ como son las elecciones por Nueva York.
Por poner un ejemplo, se hace raro ver a dos personajes como los de Dede o Hadassah, personajes que llevan años en la política y que tienen un historial y aprendizaje sobre ella, la política grande, comportándose como ‘adolescentes’: diálogos infantiles, líos amorosos varios, etc. A lo mejor la gracia estaba ahí, en ver a adultos comportándose como ‘niños’, pero yo hubiera preferido, manteniendo el tono de comedia que tiene la serie, ver a Payton competir por primera vez como un ‘adulto’ contra dos grandes como Dede y Hadassah.
Otro cambio que han hecho en The Politician que me ha fallado ha sido el cambio de relevancia en dos personajes: por un lado el de Gwyneth Paltrow (Georgina Hobart) y por otro el de Zoey Deutch (Infinity).
En el caso de Paltrow es por el increíble peso que le dan, pues me parece innecesario. Me gustaba cuando en la primera temporada hacía de madre (más mentora) de Payton o con su romance secreto, que no verla metida en una trama de política (que es la más floja de la serie) donde ella es la protagonista.
En el caso de Deutch me pasa lo contrario, la he echado mucho en falta. En la primera temporada era la coprotagonista de la serie, en esta es un mero uso político que usa Payton cada X tiempo. Tenerla tan poco en pantalla con una buena trama es de los fallos más grandes (aunque seguramente se debe a la falta de Jessica Lange).
Hay cosas que nunca cambian
Aunque haya hablado de mil aspectos negativos de esta temporada, no digo que sea mala o esté mal ejecutada. También tiene cosas muy positivas, lo único que lo que más quería destacar eran esos cambios tan grandes que no han acabado de cuajar.
Positivamente decir que Ben Platt com Payton sigue funcionando, es el alma de la serie. Podría pasar que después de una primera temporada nos hubiéramos cansado de él debido a su personalidad; pero no, sigue cumpliendo muy correctamente. Su manera de actuar, sus registros, el cómo canta (que lo volvemos a ver en esta temporada), etc., hacen que disfrutemos mucho de nuestro protagonista.
Otra cosa que no ha cambiado y le va de lujo a la serie es su ritmo. Este es constante, dinámico y rápido. Eso permite que no haya momentos flojos y siempre ocurran cosas y estés entretenido. Es algo que permite que, si hay una trama que te interesa menos, esta pase rápido y se cambie a otra trama u objetivo que te puede interesar más. En otras series no funcionaría ni sería nada positivo, pero aquí sí.
Por último comentar que sigue manteniendo su espíritu satírico y es algo que se agradece. Ataca por todos lados la política americana y eso permite que veamos el apartado más cruel de esta mientras nos reímos, aunque sea para enfadarse.
Conclusión
¿Está al nivel de la primera? Personalmente creo que no.¿Sigue siendo igual de disfrutable? Totalmente.
Algo tiene Murphy que aunque no acabe de convencerte al 100% te atrapa, y esta temporada de The Politician no es una excepción.