En un año de pandemia donde los estrenos cada vez son más escasos en las salas de cine (todo lo contrario que en las plataformas streaming), las pocas películas que deciden emitirse en pantalla grande son recibidas con muchas ganas. Un miembro de este selectivo grupo es The Father, la cual se estrena el próximo 25 de diciembre en salas españolas y cuenta con Anthony Hopkins y Olivia Colman como protagonistas.
Memorias de un anciano con demencia
Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de los cuidadores que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Anne está desesperada porque ya no puede visitarle a diario. Y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad. Dado el ir y venir de sus recuerdos, ¿cuánto de su propia identidad podrá recordar con el paso del tiempo? Anne sufre la paulatina pérdida de su padre a medida que su mente se deteriora. Pero ¿no tiene ella derecho a vivir también su propia vida?
No es el qué, es el cómo
Es posible que una vez leída la sinopsis pienses, “como estas mil”. Efectivamente, a lo largo de la historia del cine ha habido grandes títulos que hablan del proceso de la vida dentro de la senectud o de cómo enfermedades pueden deteriorar la mente de nuestros mayores. La gran mayoría de estas películas tienden a enseñarnos cómo afecta eso a nuestros ancianos desde el punto de vista externo (es decir, cómo lo viven los hijos, los nietos, los amigos, etc), y muy pocas cómo lo vive la propia persona desde dentro. The Father entra dentro de esta categoría.
Este pequeño cambio aporta muchísimo a la película, le permite ir más allá. Permite que al espectador empatizar con el enfermo, pero empatizar a un nivel superior. A lo largo del film vemos situaciones y personajes que nos rompen totalmente la narración, que nos hacen cuestionar el sentido del relato. Pero lejos de ser algún tipo de error, es una estrategia para poder entender el verdadero drama del protagonista.
Esto no solo funciona gracias a un guión bien pensado y escrito, sino también a una dirección extremadamente calculada y un montaje realmente bien conectado. Pero si además de esta puesta en escena tan buena, le sumamos un Anthony Hopkins glorioso, ya entramos de lleno en la historia.
Decir que Hopkins es uno de los actores más grandes del cine es como decir que el agua del mar es salada. Es una obviedad, pero en esta película estas palabras conciben más fuerza que nunca. La manera que tiene de cambiar en los registros, la sutileza de sus miradas, la facilidad de meterse en el personaje y emocionarnos, y un sinfín de etcéteras. La sorpresa no sería que estuviera nominado en los próximos Oscars, sino que no ganase. Así lo digo.
Lo más curioso es que a su lado tenemos a Olivia Colman, grande dentro de las grandes del drama, que aunque puede llegar a quedar eclipsada por el poder de su compañero de pantalla, su actuación es igual de buena que siempre.
Ahora, hay algo que sí sería interesante comentar. El guión (y la dirección) corre a cargo de Florian Zeller, el cual es una adaptación de su propio guión de obra teatral. Digo esto porque la obra de teatro transcurre en un solo escenario, la casa de Hopkins, y eso en la película obviamente se mantiene. Lo resalto porque no todo el mundo entra dentro de películas de un solo escenario, yo mayoritariamente (lo confieso).
Pero, y aunque sí que me chirríe un poco, la película tiene tantas cosas positivas (como habéis leído) y casi ninguna negativa, que hace que esos gustos personales como el “película de un solo escenario no me gusta” (dicho muy tontamente) no me influyan a la hora de disfrutar del relato.
Conclusión
Es curioso como en un 2020 donde lo que necesitamos es reír, nos llegan dramas como The Father y lo vemos con una sonrisa de oreja a oreja, pero con unas lágrimas de por medio. El tacto, el realismo, la emotividad y su estructura, hacen de The Father una de las mejores películas de 2020, y una de las mejores dentro del colectivo que trata el tema de la senectud.