El 16 de septiembre Netflix estrenó una de sus películas más esperadas: The devil all the time (El diablo a todas horas). Con un reparto estelar con caras tan conocidas como Robert PattinsonTom Holland, Bill Skarsgård, Mia Wasikowska, Jason Clarke o Sebastian Stan; la película dirigida por Antonio Campos estará en boca de mucha gente. Esto es lo que nos ha parecido.

Érase una vez en los años 50

Desesperado por salvar a su mujer, Willard Russell convierte sus oraciones en un sacrificio. Las acciones de Russel llevan a su hijo Arvin a pasar de ser un niño que sufre abusos en el instituto a convertirse en un hombre que sabe cuándo y cómo ha de pasar a la acción. Los acontecimientos que se dan lugar en Knockemstiff (Ohio) desatan una tormenta de fe, violencia y redención que se desarrolla a lo largo de dos décadas

La fe a todas horas

Es complejo hablar de El diablo a todas horas debido a su principal virtud: los múltiples temas que trata la película. Nos habla de fe, de venganza, de amor, de violencia, … pero sobre todo del ser humano.

En líneas generales The devil all the time podría catalogarse como la Magnolia de 2020: Diferentes (y múltiples) personajes que viven sus historias independientes cada uno de ellos pero con un hilo conductor que las conecta mas allá del tiempo y del lugar.

Es esto precisamente lo que permite a la película abordar tantos temas en tan poco tiempo (sí, considero poco tiempo 140 minutos, teniendo en cuenta que el relato podría haber sido tranquilamente una miniserie).

5f369d02b4bb1c001df5345a - Crítica “The devil all the time” – Vivir en la América profunda de los años 60

Por un lado, tenemos la historia de Skarsgård, clásico soldado que vuelve de la guerra a su ciudad natal con la esperanza de empezar su vida de nuevo. En este relato vemos cómo se habla de la fe como aquel aspecto en la vida que consigue dar lugar a la esperanza más absoluta. Aquella con la que podrás conseguir lo que se necesita o lo que se desea.

Por otro lado tenemos la historia de Wasikowska, prototipo de mujer devota cristiana que forma una familia con el reverendo del pueblo. En este relato toma la perspectiva cómo a través de la fe (de la confianza absoluta hacia ella) se puede llevar a lo mas irracional posible.

Estas dos historias forman básicamente la introducción de la película. Es una introducción larga si tenemos en cuenta que son unos 45 minutos de metraje aproximadamente, pero no por ello menos interesante. En mi opinión, una buena película se hace cuando se tiene en cuenta y se da valor a los personajes. Y precisamente The devil all the time hace esto: antes de narrar las historias que van a formar la película en sí, te da un background que influirá en los eventos posteriores y que dota de sentido tanto a los personajes como a sus acciones.

Además, es una excusa perfecta para disfrutar del talento de Skarsgård y Wasikowska, dos jóvenes promesas que nos demuestran que tiene multitud de registros.

the devil all the time netflix tom holland.jpg 554688468 - Crítica “The devil all the time” – Vivir en la América profunda de los años 60

También contamos con la historia de Pattinson y Holland, la historia de dos hombres (un joven de pueblo y un predicador) unidos por una mezcla de violencia y venganza a partes iguales.

Esta es ya la historia central, la que tiene más peso en la película. Es donde el melodrama llega a la cima de violencia en todos sus aspectos, donde se dota a la fe como arma de primer calibre hacia otros individuos. Es en esta parte que vemos una complicada historia de dilemas morales, legales y de creencia en los personajes que hacen estar atento al espectador en todo momento.

Pattinson y Holland se devoran la pantalla conjuntamente y nos hacen ver que aún tienen mucho que enseñarnos.

the devil all the time movie image - Crítica “The devil all the time” – Vivir en la América profunda de los años 60

Por ultimo tenemos el relato de Clarke, Stan y Keough. Una historia de familia y relaciones tóxicas; en la que un hombre y su mujer “cazan” a autoestopistas para sus juegos eróticos.

Es posible que sea la historia menos fuerte, la menos interesante o menos construída; pero está muy bien hilada con el relato central y se combinan bastante bien.

Básicamente es la menos fuerte porque es la que menos estudia y analiza a los personajes y sus acciones, haciendo que en algún momento que otro vaya en piloto automático y no disfrutemos tanto la película como con las demás historias.

Pero no es mala en sí. Como digo, sus actuaciones y sus conexiones con los demás relatos dotan de un mínimo interés que permite que queramos saber qué ocurrirá luego.

Más luces que sombras, pero sombras con un peso importante

Entonces, ¿cuál es el problema? Pues que, pese a su magnífica manera de conectar los acontecimientos y los personajes, a la película le falta sentimiento.

Cuando digo que le falta sentimiento hago referencia a un elemento muy simple pero muy importante: poder transmitir al espectador algo más allá de los acontecimientos que narra.

Pongamos un ejemplo claro: la película narra a lo largo de sus 140 minutos una historia de tristeza, de rabia, de muerte y de dolor. Elementos que sin lugar a dudas provocan un interés en el espectador, pero no un efecto. Da la sensación que simplemente se narra qué ocurre y por qué ocurre, pero no que provoque nada en el espectador.

Con ello no quiero decir que no aporte sorpresa o similar, no quiero decir nada parecido. En muchísimos momentos de la película te quedas asombrado con todo lo que ha ocurrido (quieres saber hacia donde van todos los relatos) pero no hay una emoción, aflicción o pena. Simplemente ves qué ocurre, hacia donde va, pero no sientes ni empatizas con los personajes.

5f369bb3b4bb1c001df5344a - Crítica “The devil all the time” – Vivir en la América profunda de los años 60

Creo que aquí el problema cae en el director de la película, Antonio Campos, y el director de fotografía, Lol Crawley, por no poder dotar de una atmosfera suficientemente emotiva que traspase la pantalla. Se ve claramente marcado cómo se prioriza el enfoque narrativo de acontecimientos que no de sentimientos.

Es por ello que aquí quiero hacer un apunte, con todo el respeto hacia el director: me da la sensación que si esta película hubiera sido dirigida por Paul Thomas Anderson, o alguien que sepa jugar con los personajes, los acontecimientos y sobre todo con las emociones como él (por ejemplo Nicolas Winding Refn), la película hubiera sido una completamente distinta y llegaría a un nivel superior.

Conclusión

The devil all the time es una película que tiene todos los elementos para triunfar y ser de matricula de honor, pero que por una falta de conexión con el público y una falta de sentimiento en los acontecimientos pierde ese excelente para quedarse con un merecido (y gratificante) notable.

Al final tenemos a unos actores y actrices en un gran estado de gracia (iba a remarcar los mas destacables, pero sin exagerar diré que todos están de 10), una buena historia que mezcla la fe cristiana y la venganza como protagonista, y unos 140 minutos que se cuecen a fuego lento de manera muy correcta.

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