Ayer llegó a las salas españolas Sin tiempo para morir, la última entrega de James Bond, nuestro espía inglés favorito, y la despedida definitiva de Daniel Craig interpretándolo. Dirigida por Cary Joji Fukunaga y con las incorporaciones de Rami MalekLashana LynchAna de Armas; la película pretende cerrar una era. ¿Estará a la altura?

We have all the time in the world

Bond ha dejado el servicio secreto y está disfrutando de una vida tranquila en Jamaica. Pero su calma no va a durar mucho tiempo. Su amigo de la CIA, Felix Leiter, aparece para pedirle ayuda. La misión de rescatar a un científico secuestrado resulta ser mucho más arriesgada de lo esperado, y lleva a Bond tras la pista de un misterioso villano armado con una nueva y peligrosa tecnología.

La guinda del pastel a la saga Craig

Empezaré diciendo que jamás imaginé que Daniel Craig pudiera parecerme un buen James Bond. En Casino Royale (película que adoro), solo veía a un hombretón fuerte sin expresión facial que daba mamporros cada dos por tres y luego llegó Quantum of Solance, que si de por sí la película ya era floja, no consiguió hacer destacar en nada a Craig. ¡Ah! Pero entonces llegaron Skyfall y Spectre¸ dos películas que le daban a Craig aquello que le faltaba para ser Bond: personalidad, o mejor dicho, sentimientos.

Con ellas, la imagen del “musculman” se dejaba atrás para dar paso a un ser con personalidad propia, que siente y padece, el cual no es inmune a nada. Con esto, Craig empezaba a ser verdaderamente Bond, y con Sin tiempo para morir, Craig es verdaderamente el héroe con el apellido más famoso de Inglaterra. Pero no solo eso, toda esta evolución del personaje también ha conllevado una evolución en lo personal, y es que Craig nunca ha estado en tan buena forma actoral, la simbiosis Craig – Bond ha sido un “win – win”. Ahora no solo digo que Craig es un buen Bond, sino también que es un gran actor.

b5ace54999ec88376104fb115211fd70 - Crítica “Sin tiempo para morir” – Craig, Daniel Craig

Si hago hincapié en cómo ha evolucionado tanto Craig como su Bond, la importancia de todo el peso personal y emocional que ha ido teniendo a lo largo de sus entregas, es porque Sin tiempo para morir es la entrega donde más se ensalza.

Sin dejar de lado toda la acción y espionaje de la película, Sin tiempo para morir es la entrega donde más se deja de lado el arquetipo de héroe y más se abraza la tridimensionalidad del personaje (el amor, la pérdida, la redención y la esperanza son algunos de los temas que se tocan en la película). Eso es, sin duda alguna, lo mejor de la película, y lo que le da la calidad que la hace una memorable despedida del personaje.

Ahora, como digo, tampoco deja de cuidar todo el apartado de espionaje y acción. Pero eso no es sorprendente si tenemos en cuenta que en la dirección tenemos a Cary Joji Fukunaga. Anteriormente visto dirigiendo las miniseries True Detective (Temporada 1) o Maniac. El director consigue captar la esencia de la saga y darle su punto de vista, consiguiendo que la adrenalina traspase la pantalla. Sorprende ver cómo, ante tanto espectáculo visual, Fukunaga deja marcado su sello autoral (como enfatizar elementos sin explicarlos, donde lo visual esta por encima del diálogo).

Como complemento de la cámara también habría que añadir la ayuda que brinda Zimmer con la banda sonora. El compositor alemán rinde homenaje a temas clásicos de la franquicia y añade nuevos que se incorporan a la perfección. Una de las cosas más curiosas sobre estas partituras nuevas que añade, a mi modo de ver, es que son “lavados de cara” de otras grandes composiciones suyas: desde temas que recuerdan a la apabullante La Roca, pasando por similitudes con Marea Roja, e incluso a la intro de The Crown.

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Otra gran sorpresa que me he llevado han sido las incorporaciones de Lashana Lynch y Ana de Armas.

La primera hace historia siendo la primera mujer 007. Lynch, dejando de lado cualquier tipo de copia o similitud con el famoso agente, encara con estilo una agente dura, obediente y legal. Con cierta chulería como nuestro clásico 007, pero con personalidad propia. No me sorprendería, y tampoco me desagradaría, que se le otorgara un spin-off (más que tomar el relevo).

De la segunda poco tengo que decir. Ana de Armas ha demostrado en muy poco tiempo lo increíblemente buena que es en su trabajo: desde el drama hasta la comedia, pasando por la acción. Algo que me ha parecido la mar de curioso es cómo en el anterior trabajo que hizo con Craig (Puñales por la espalda), ella era la que tenía el papel serio y él el de comedia, mientras que en este proyecto Craig es el “serio” y ella la que tiene el protagonismo cómico. De verdad que en todas sus apariciones he tenido una sonrisa de oreja a oreja. Es muy difícil, pero no pueden dejar escapar para futuras entregas a la divertidísima Paloma.

Da gusto ver cómo la franquicia Bond ha ido avanzando por el camino correcto hasta entregar a la saga personajes femeninos bien construidos, con profundidad y con voz propia.

El villano haciendo el mal, en el peor de los sentidos

¡Ah! Pero toda despedida tiene sus cosas malas. Y la de nuestro agente secreto favorito no iba a ser de otra manera… Y es que si ha habido una cosa con la que no he podido conectar de ninguna de las maneras, ha sido con su antagonista, el “malvado” Lyutsifer Safin, interpretado por el gran Rami Malek.

No Time To Die Rami Malek James Bond - Crítica “Sin tiempo para morir” – Craig, Daniel Craig

Es curioso cómo, en la escena inicial en la que sale, te cautiva, te despierta interés. Pero no solo eso, a medida que avanza la película, mientras su plan se va llevando a cabo (cuando él es una sombra, una idea, nada presencial) piensas “ostras, que buen villano”, pero cuando coge protagonismo y aparece en pantalla todo se desinfla.

Quiero recalcar que no es por culpa del trabajo de Malik. El está correcto. Es más por la personalidad del villano y cómo hacen que actúe. No quiero entrar en spoilers, lo cual lo hace todo un poco complicado, pero digamos que quieren darle una inteligencia superior, de filósofo actual, de pensador moderno, como si de un ser superior se tratara… y no le funciona para nada esa personalidad con las acciones que toma.

En comparación con el grandioso Bardem que tuvimos en Skyfall o la versión moderna del Blofeld de Waltz en Spectre (aún pasada un poco de vueltas), villanos que tomaban acciones coherentes con su manera de pensar, el personaje de Malik sabe a muy poco. Pero ya no solo él, sus secuaces tampoco son mucho más inteligentes (hay algún personaje que otro que tela).

Podríamos resumir al villano de Malik en una frase: “mucho ruido y pocas nueces”.

El otro punto flaco que le veo, y este ya lo vivimos en Spectre, es su excesiva duración. Creo que 163 minutos (casi 3 horas) son demasiado para lo que nos quiere contar. Sí que es verdad que esto puede deberse al problema que hemos comentado antes: un mal villano llama poco la atención, se hace pesado y sus diálogos carecen de interés.

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Pero más allá de ello, creo que a medida que la saga ha ido evolucionando (en el mejor de los sentidos) también lo ha hecho su minutaje (aquí en el peor de ellos). Centrarse en qué contar y cómo contarlo ya lo tienen, pero el tiempo que dedican a ello puede que sea una tarea para revisar. Si no ocurre que tienes una primera hora y media sublime, unos 40 minutos “costosos” para acabar con un desenlace apabullante.

Conclusión

Sin tiempo para morir es la película con la que se cierra una etapa, con la que Craig dice adiós, con la que nosotros damos gracias. Al acabar la película sientes un cóctel (mezclado, no agitado) de sensaciones difícil de expresar.

James Bond ha formado, forma y formará parte de nuestras vidas, y cuando los creadores tratan tan bien a los fans como lo hacen con esta película, solo se puede estar agradecido.

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