Amazon Prime Video estrenaba este pasado viernes Pánico, la adaptación del libro homónimo de Lauren Oliver. Con una premisa muy inteligente que incorpora el temor de ser adolescente en una situación literal de vida o muerte, hay una gran idea desperdiciada en el centro de Pánico y un elenco joven que hace lo que puede dando vueltas a su alrededor, tratando de encontrar algo en la trama a lo que aferrarse. Hubo un tiempo en el que el libro de Oliver habría sido una película intensa y entretenida de 100 minutos, pero se destensa en una extensa temporada de 10 episodios. Esto demuestra que no siempre más es mejor.
Un juego para generar pánico
Pánico se desarrolla en el pequeño pueblo de Carp, Texas, el tipo de lugar lleno de optimismo que es aplastado por un juego secreto llamado Pánico que solo los adolescentes conocen. Cada año, los graduados compiten en un juego de desafíos cada vez más intensos, del tipo que puede hacer que la gente mate. Cada desafío aumenta la puntuación de los jugadores.
Lo crea o no, este concepto de Los juegos del hambre es en gran parte solo el telón de fondo de un drama adolescente relativamente sencillo. Tomemos a Heather Nill (Olivia Welch), la protagonista, alguien que parece una de las estrellas más brillantes de Carp antes de que su madre drogadicta descarrile su vida. Tiene problemas paternales, de confianza y, finalmente, románticos, por supuesto, incluido un triángulo amoroso inesperado. Su mejor amiga es Natalie (Jessica Sula), quien inicialmente se siente frustrada porque ahora tiene que competir en el juego contra Heather.
Muchos secretos, poco juego
Todos en Carp tienen un secreto. El chico nuevo, llamado Dodge Mason (Mike Faist), está tan obsesionado con Pánico que nadie se sorprenderá al saber que tiene una conexión con él. El otro mejor amigo de Heather, Bishop (Camron Jones), esconde algo más que sus obvios sentimientos por Olivia, mientras que el chico malo de la ciudad, Ray Hall (Ray Nicholson), tampoco es exactamente lo que parece. Hasta los adultos, incluidas las autoridades que intentan detener a Pánico antes de suceda una tragedia, esconden secretos. Pánico tiene demasiados giros que descarrilan la emoción que podría haber surgido de este concepto, uno que fusiona la rebelión y la ambición típicas de los adolescentes con algo nuevo. Cada vez que vuelve al drama adolescente Pánico sucumbe a la mediocridad.
Y, sin embargo, hay elementos en el elenco y en la trama que permiten que no sea tan horrible el visionado de la serie. Nicholson tiene carisma para mantener la atención del espectador y Sula es una joven actriz fascinante, la única aquí que nunca sucumbe realmente a la mediocridad mencionada. Pero incluso ellos se pierden en un programa que parece cada vez menos interesado en el juego en sí o en lo que significa.
Concepto desaprovechado
Había un tema interesante para explorar en ese período posterior a la graduación de la escuela secundaria. Un momento en la vida de un joven en el que tiene que enfrentarse al futuro, superar sus límites personales y vencer sus miedos. Y todo ello dentro de una trama con intriga como Pánico proponía. Pero el programa en sí desaprovecha su potencial y se contenta con diálogos y motivaciones superficiales entre sus personajes. Pánico debería haber desarrollado más estos conceptos mencionados, que resultan mucho más interesantes que los mostrados finalmente en pantalla.