¿Te apetece ir a la caza del tesoro al estilo Goonies, pero con adolescentes? Si es así, la nueva serie de la plataforma Netflix, Outer Banks, te está esperando.
Bienvenidos a los Outer Banks
El ambiente costero dorado y retroiluminado de Outer Banks es muy envolvente y te hace soñar con unas vacaciones en la playa. En la ficción de Netflix, la isla esta dividida en dos clases sociales: los Pogues y los Kooks. Mientras que los Kooks son los reyes y reinas de la isla gracias al dinero acumulado, los Pogues tratan de encontrar una manera de ascender en la escala y alcanzar una nueva vida para ellos.
Dividida en 10 episodios, la historia sigue a un grupo de adolescentes locales encarnados por actores mayormente desconocidos. Outer Banks sigue a John B (Chase Stokes), el líder de buen corazón, JJ (Rudy Pankow), el busca problemas, Pope (Jonathan Daviss), el friki, y Kiara (Madison Bailey), la chica Kook y Pogue al mismo tiempo.
La historia comienza casi un año después de la desaparición, tras una tormenta en alta mar, del padre de John B. Aunque todos lo dan por muerto, John B se niega a aceptarlo. Cuando un huracán acecha la isla, la vida despreocupada del joven surfista se ve envuelta en una cadena de eventos que removerá secretos bien guardados. Y al mismo tiempo que la trama principal se desentrelaza, Outer Banks está llena de romances prohibidos, peleas, conflictos y las vidas complicadas y decisivas de los jóvenes que forman la serie. Ingredientes más que suficientes para entretener.
La leyenda se hace realidad
Con su búsqueda de tesoro y esa dinámica de amistad, Outer Banks funciona a la perfección. Como misterio, en gran parte es una línea recta de pistas donde los principales contratiempos son el aumento del recuento de cuerpos a su alrededor. Su búsqueda se trata principalmente del deseo y la promesa de obtener riquezas y de resolver al mismo tiempo la gran leyenda del tesoro que jamás apareció. Y la travesía da lugar a que este pequeño grupo de amigos evolucione, se expanda y se contraiga, y se compliquen sus vidas al ritmo de las revelaciones de su viaje.
Algo interesante de Outer Banks es que, en vez de mostrar el contraste entre dos vecindarios divididos por clase, se acerca a cada uno de ellos para mostrarte sus pros y sus contras. La serie da suficiente diversión para mantener a la audiencia capítulo tras capítulo. Y aunque quizá no deja en sí con ganas de una nueva temporada, tampoco con la sensación de haber perdido completamente el tiempo viéndola.
Una historia interesante, con varias actuaciones muy buenas y sobretodo un ambiente relajado (excepto en lo momentos de persecuciones y tensión). Os recomendamos que le deis una oportunidad y que os dejéis llevar por la arena, el sol y el mar, iconografía del buen tiempo que se aproxima. Eso sí, todo desde el sofá de casa.