Como augura el título de esta crítica, La guerra del mañana es una película de invasiones alienígenas que, aunque no innova, no lo necesita para conseguir su propósito. ¿Y cuál es este? Entretener.
Las dos horas de metraje pasan volando si te dejas llevar por su historia. ¿De qué trata La guerra del mañana? Pues nada que no hayamos visto antes. Un día el mundo se paraliza cuando un grupo de viajeros en el tiempo se transporta desde el año 2051 para entregar un mensaje urgente: La humanidad está perdiendo la guerra mundial contra una especie alienígena letal. La única esperanza de supervivencia es que los soldados y los ciudadanos del presente sean transportados al futuro y se unan a la lucha. Entre los reclutados está el profesor de instituto y padre de familia Dan Forester (Chris Pratt) quien, decidido a salvar el mundo por su hija, se une a una brillante científica (Yvonne Strahovski) y a su padre (J.K. Simmons) en una búsqueda desesperada por reescribir el destino del planeta.
Un blockbuster fácil de disfrutar
Un argumento cargado de sucesos predecibles. Pero entonces, ¿por qué funciona la película? Porque va directa al grano. No hay grandes explicaciones ni tampoco las necesitamos. Las escenas de acción funcionan y crean la tensión suficiente para mantener la atención del espectador en todo momento. El diseño de los alienígenas es original, diferente a lo visto anteriormente, lo que le aporta un aire fresco al género. Lógicamente, La guerra del mañana es de esas películas que descarga todo el peso en su protagonista con el objetivo de convertirlo en héroe. Pero no es algo que moleste. Todo lo contrario, aunque Chris Pratt se haya quedado un poco encasillado en este tipo de proyectos, nos cae bien y no nos importa seguir disfrutando de su carisma.
Por otro lado, sí se echa en falta más metraje para secundarios como J. K. Simmons, personalmente, aunque tanto él como Yvonne Strahovski cumplen con su papel. Pero estamos hablando que dicho proyecto tiene el objetivo de convertirse en un buen entretenimiento palomitero, y le interesa lucir a su protagonista y a sus terroríficos monstruos. De modo que, teniendo en cuenta esto, si te olvidas de los fallos de guion, y te dejas llevar por esta historia de supervivencia a través de viajes en el tiempo, el resultado es bastante satisfactorio. El resto de secundarios como Betty Gilpin, Ryan Kiera Armstrong, Sam Richardson o Edwin Hodge están a la altura de este blockbuster lleno de acción, y con un tono cómico bastante moderado. Ideal para una tarde de verano en casa con el aire acondicionado o el ventilador, palomitas y Coca-Cola. Viajes en el tiempo e invasiones alienígenas, ¿alguien necesita más para disfrutar?