Esta semana pudimos ver uno de los últimos estrenos de Netflix, La excavación. Como buenas amantes del drama de época, no podíamos perdernos esta película que contaba con una premisa más que interesante. Lo cierto es que nos ha gustado, pues tiene suficientes atributos que la convierten en una opción fácil de disfrutar. Sin embargo, deja una extraña sensación de que podría haber sido mejor si su narración hubiera estado tan cuidada como su fotografía. Hablemos un poco más sobre ella.
Una primera parte elegante y muy humana
La exacavación (The Dig) es un drama biográfico dirigido por Simon Stone. Según la sinopsis oficial, se trata de una crónica de la relación entre la terrateniente Edith Pretty y Basil Brown, el arqueólogo que impulsó la excavación de Sutton Hoo en 1938, cuando el mundo se preparaba para la guerra. Basada en la novela de 2007 de John Preston, la película narra una historia real que atraerá a todo amante de la arqueología, añadiendo los elementos ficticios característicos de estas producciones para hacerlas más atractivas.
Contando con las magníficas interpretaciones de Ralph Fiennes y Carey Mulligan, La excavación sigue de cerca el proceso desde que Basil empieza su trabajo hasta que tiene lugar el increíble descubrimiento arqueológico. Todo ello acompañado de una hermosa fotografía, que enamorará a todo espectador. Sin duda su primera mitad es muy interesante, pues ahonda en la relación y confidencialidad que se forma entre los personajes de Fiennes y Mulligan, una comprensión que se denota en las intensas miradas que dicen más que las palabras. La película intenta impartir justicia y darles reconocimiento a estas dos personas que durante mucho tiempo fueron olvidadas por la historia, negándoles el reconocimiento que merecían. Por ello, nos ofrece una historia muy humana con la que es fácil empatizar.
Además, resulta interesante cómo plasma de forma elegante los conflictos e intereses que surgen entre profesionales del mismo sector tratando de hacerse con el tesoro, llevados por la fama y el prestigio.
Una segunda parte más irregular y menos atractiva
Pese a todas sus virtudes, la película flojea a la mitad del recorrido. Los elementos ficticios que son introducidos para rellenar el drama de época entorpecen la narrativa. Muy a mi pesar, los personajes secundarios encabezados por Lily James (actriz que me encanta) son desarrollados de modo precipitado, resultando totalmente innecesarios para la trama. Son complementos que, en vez de adornar, enrarecen el resultado final. Una lástima.
Además, esta segunda mitad va más acelerada. Estos personajes y sus historias metidas con calzador propician que la trama suceda a toda prisa. Y lo peor, bajo mi punto de vista, es que desvía la atención del tema central.
Pese a ello, La excavación es un drama elegante. Trata un hecho histórico de gran importancia para Inglaterra. Y ya solo el hecho de que motive a más de uno a investigar sobre el relato real en cuestión hace que su visionado valga la pena. Un reparto de lujo donde destacan Ralph Fiennes y Carey Mulligan, dos grandes actores que se mueven con maestría en este género. Una fotografía exquisita. Y algo de romance atropellado en una época convulsa. Si eres capaz de conformarte con ello, es una digna elección para ver una tarde de sofá.