Tras una primera temporada sorprendente, donde se reflejó el terrorismo del mundo real de una manera bastante dura con la actuación brutalmente convincente de John Krasinski, Jack Ryan vuelve a engancharnos con una segunda temporada al mismo nivel. Los nuevos episodios de Jack Ryan nos presentan una mirada intrigante a la democracia y una perspectiva diferente dentro del género de suspense y espionaje.
Jack Ryan – Temporada 2
Dirigida por: Phil Abraham, Andrew Bernstein y Dennie Gordon.
Escrita por: Carlton Cuse, Graham Roland, Vince Calandra, Daria Polatin, David Graziano, Annie Jacobsen y Nolan Dunbar.
Reparto: John Krasinski, Wendell Pierce, John Hoogenakker, Noomi Rapace, Jordi Molla, Francisco Denis, Cristina Umana, Jovan Adepo, Michael Kelly y Tom Wlaschiha.
Sinopsis: En esta segunda temporada, la historia gira en torno a una operación minera ilegal que tiene lugar en Venezuela. Jack Ryan, junto con el senador Moreno (Benito Martínez) hacen un viaje a Caracas para abordarlo de manera diplomática. Sin embargo, todo se complica, lo que hace que la misión de Ryan sea personal.
La evolución de Jack Ryan
La primera temporada de Jack Ryan fue impulsada principalmente por el trauma de Jack de revivir sus días de soldado. Y dado que al final de la temporada logró superarlo, ¿qué sería del personaje tras dejar atrás sus demonios? Dado que nada se menciona del personaje que fue interpretado por Abbie Cornualles, suponemos que su relación no acabó bien. Este quizá sea uno de los motivos por los que nuestro protagonista es muy diferente de quien era en la temporada pasada. Eso además del trágico suceso que detona al final del primer episodio y que forma la trama de esta segunda temporada.
Los escritores dan a Jack una trama cargada de pérdida personal y venganza, y esto lo motivará durante todos los episodios. En la primera temporada, parecía tener el control a pesar de sus acciones. Confiabas en que haría lo correcto en todo momento. Sin embargo, en la segunda temporada, es tan inestable que puedes adivinar cual será su siguiente paso. Temes por su vida y los que lo rodean, lo que agrega una gruesa capa de tensión que sin duda te mantendrá en tu asiento. Obviamente, el guión no es perfecto. Está lleno de tramas secundarias (algunas parten de la trama principal) que francamente no llegan a ningún sitio.
Mucha acción bajo una buena dirección y un excelente reparto
Los momentos de acción, que son el grueso de la trama, son sin duda lo mejor de la serie. La manera en la que están hechas, inclusive en la trama secundaria, te hace olvidarte que, en ocasiones, estás viendo relleno. Puedes sentir miedo y claustrofobia en un momento donde están acorralados. O la sensación de supuesta libertad cuando reciben un descanso momentáneo. Entras completamente en la acción y te sientes envuelto en la trama. Un gran trabajo en general.
Del reparo destacaríamos la evolución de una temporada a otra del personaje de Wendell Pierce, Jim Greer. En esta temporada tienes una sensación de vulnerabilidad con respecto al personaje y lo sientes en cada escena en la que aparece. El resto del reparto, Molla, Umana, Rapace o Kelly, se sienten muy naturales en sus roles y cada uno tiene su propio momento emocionante y tenso en la trama.
Y, de nuevo, John Krasinski borda su papel. Los directores y guionistas han hecho un excelente trabajo equilibrando la lucha emocional con la física. Pero Krasinski va más allá para presentar cada capa de Ryan poniendo a su personaje bajo el microscopio. Nunca se sale del personaje y sabe vender cada momento de vulnerabilidad en el que Ryan se encuentra. Consigue que el espectador empatice con él y con la situación en la que se encuentra. John Krasinski brilla y deslumbra con su actuación.
Acción, tensión, emoción y John Krasinski. Si sumas todo esto obtendrás una serie bastante entretenida y con mucho potencial. Además, dado que los escritores y directores han demostrado que van a explorar una variedad de temas a través de nuestro analista favorito de la CIA, espero con ganas a que llegue la tercera temporada.