Michael Douglas, Johnny Deep, Robert Downey Jr… Son solo algunos de los actores que han pasado por el rejuvenecimiento de CGI. Ang Lee se hace con esta tecnología para quitar alguna que otra década al príncipe de Bel-Air en su nueva producción, Géminis. Will Smith se enfrenta a sí mismo en este intrincado complot sobre asesinos y agencias corruptas que no disgusta pero tampoco convence.
Buenos momentos de acción bajo un flojo guión
Géminis nos cuenta la historia de Henry Brogan (Will Smith), un asesino altamente cualificado que trabaja para una agencia de inteligencia dirigida por Janet Lassiter (Linda Emond). Brogan es tan bueno en lo suyo que puede alcanzar a su objetivo en un tren en movimiento a cientos de metros de distancia. Pero su ultima víctima le hace replantearse su carrera. Así que tras «su fracaso», Brogan decide retirarse, pero como era de esperar los altos rangos no le dejan. Después de que algunos antiguos compañeros y colegas comienzan a ser asesinados y Henry descubre la verdad sobre su ultimo objetivo, comienza una huida y persecución por todo el planeta.
Cuando los primeros intentos para neutralizarlo fallan, es ejecutado «Géminis». Aquí es donde Will Smith empieza la batalla contra su versión joven.
Pero a pesar de que Lee hace un buen trabajo en la butaca de dirección, el guión es bastante decepcionante. Dándole una personalidad cerrada y sin emociones a su protagonista, evitan darle un desarrollo significativo a Brogan. El personaje de Mary Elizabeth Winstead tiene tan poco significado que, aunque ofrece algún pequeño momento de acción, no consigues entender su lugar en la película. El siempre bienvenido Benedict Wong le da el pequeño toque de humor, aunque tampoco tiene gran relevancia salvo por ser el amigo perfecto y proveedor de vehículos. En cuanto al villano, Clay Verris (Clive Owen), solo sirve como gatillo para que la versión joven de Will haga aparición y ayudar a este a ser el único que tenga una cierta evolución en la trama.
Mayor velocidad de fotograma no significa más realismo
A pesar de lo flojo del guión, una vez terminada la película no sabía exactamente qué pensar. Pero de lo que sí sabía es que algo no me había gustado. Tras una primera media hora bastante aburrida, la primera escena de acción es lo más emocionante que encuentras en toda la producción. La persecución en motocicleta Smith vs Smith está muy bien trabajada y el uso de la perspectiva en primera persona realmente funciona y te hace tener esperanza en cuanto a la película. Pero fue la velocidad de la escena lo que empezó a hacer decaer mis expectativas.
La película ha sido grabada en 3D y en 120 fotogramas por segundo. Como punto de comparación, El Hobbit, fue grabada a 48 fotogramas por segundo. Géminis, a una velocidad cinco veces superior, se ve diferente a otras películas. Diferente, no mejor. Las escenas de acción donde Will se enfrenta a su versión joven se ven bastante horribles a esta velocidad. Más que ver una película, crees estar dentro de un videojuego. Sinceramente, me pareció desagradable.
Géminis al final no es más que un entretenimiento para el espectador. Ang Lee ha puesto demasiado empeño en estar a la vanguardia de las nuevas tecnologías y no se ha parado a dar alma a la película.