Hace unos días pude disfrutar de Familia al instante, la nueva película de Sean Anders. Debo ser sincero y reconocer que mis expectativas eran realmente bajas. Cómo acabar sin tu jefe 2 o Dos padres por desigual son algunos de los anteriores trabajos del director, lo que me hacía desconfiar bastante de este nuevo proyecto. Os invito a seguir leyendo para descubrir si mis prejuicios eran justificados o realmente Anders ha conseguido sorprenderme.
Una muestra de madurez
Familia al instante es un proyecto bastante distinto a los anteriores trabajos de Anders. Es un paso adelante, una muestra de madurez del director. No nos encontramos antes una revolución de la comedia o un nuevo Ciudadano Kane del género (en absoluto), pero sí antes una película con un objetivo más allá del chiste fácil y la broma subida de tono. Anders firma una comedia familiar que, aún resultar predecible en su gran mayoría de metraje, funciona a la perfección. Sabe cómo medir sus tempos, cuando es momento para el chiste y cuando la cinta debe ponerse mínimamente reflexiva.
Con esto no estoy diciendo que Familia al instante sea un filme profundo con un subtexto complejo e innovador, porque para nada es así. Pero hay que reconocerle a Anders un cierto métiro al haber dejado atrás el humor facilón e intentar construir una trama con una notable intencionalidad emotiva e incluso moral. Lo más destacable del nuevo trabajo del director es que ahora la familia cobra más relevancia que la broma. No reirás a carcajadas con la película, pero merece la pena sacrificar unas cuantas risas con tal de poder ser participes de una emocional e efectiva historia familiar.
Rompiendo tabús
Familia al instante nos habla de la adopción y de todos los tabús que esta compleja decisión esconde. Como decía antes, no lo hace con gran complejidad, pero sin con un destacable respeto y consciencia. Es en esta improvisada familia donde residirá toda la esencia del filme. Unas actuaciones notables pero sentidas crearán una bonita química entre los protagonistas que conseguirán emocionar a aquellos espectadores más susceptibles. Y es que si hay algo que Anders ha hecho a la perfección es el encontrar algo de magia en una fórmula y una historia que ya hemos escuchado infinitas veces. Sabemos lo que va a pasar, pero algo tiene esta peculiar familia que marca la diferencia.
Aún así, discrepo con el director en lo que al apartado técnico se refiere. Tiene buenas ideas tras la cámara y algunas llegan a resultar destacables. Pero en su conjunto la dirección acaba resultando artificial y reciclada, rompiendo en ocasiones con esa magia que desprende la familia. Ojalá en su próxima película Anders diposite tanto sentimiento en las imágenes como en su historia.
Familia al instante rompe tabús. No es una película perfecta ni mucho menos, pero si una amena e accesible experiencia que demuestra que la comedia familiar también puede ser estimulante. Es un placer poder reconocer que mis prejuicios eran infundados. Un buen ejemplo de que la comedia familiar también puede ser emotiva y recomendable.