El 24 de diciembre llegaba a Disney+ Encanto, la nueva película del Estudio que pasó antes por los cines unas semanas atrás. Cuenta la historia de una familia extraordinaria, los Madrigal, que viven escondidos en las montañas de Colombia, en una casa mágica situada en un enclave maravilloso llamado Encanto. La magia de Encanto ha dotado a todos los niños de la familia un don único. Pero se olvidó de un miembro de la familia: Mirabel. Cuando ésta descubre que la magia que rodea Encanto está en peligro, decide que ella, la única Madrigal normal, podría ser la última esperanza de su extraordinaria familia.
Un viaje espectacular entre cuatro paredes
Encanto es otro acierto por parte de Disney. Si bien sigue siendo una película con sus características tan conservadoras, es imposible no dejarse arrastrar a ese mundo tan colorido y especial que sabe crear con muy buen gusto.
Al igual que Raya y el último dragón, no necesita un villano potente para desarrollar una trama con un mensaje potente como hilo conductor. Toda la historia sucede entre cuatro paredes, pero en ningún momento nos sentimos asfixiados, pues la magia que todavía conserva el Estudio la hace fluir gracias a su apartado visual y a las divertidas y emotivas canciones compuestas por Lin-Manuel Miranda.
Resulta ser una película sobre la familia. Sobre el peso de las expectativas, y cómo consecuentemente, muchas veces, aquellos que más nos aman se vuelven en nuestra contra cuando no cumples con el papel que te tocaba. Por eso no precisa de un villano, pues sin quererlo, en ocasiones, nos encontramos trabando una pequeña batalla en nuestro hogar. Y en medio de esta, Mirabel, la protagonista, iniciará un viaje de autodescubrimiento entre cuatro paredes donde descubrirá que el don más valioso es el aparentemente menos mágico.
Una película preciosa por su sencillez narrativa, pero que toca directamente al corazón. Sin duda, es una carta a la familia, y sobre todo a Colombia, cuya representación rural y atemporal es hermosa.
Quizás el único punto negativo es que, a diferencia de otros trabajos, las canciones de Miranda son disfrutonas mientras estás inmerso en la película, pero una vez termina, las olvidas sin más. No tienen la misma fuerza que en Vaiana, por ejemplo, pero cumplen, sin ser lo más destacable de la película.
Si todavía no lo habéis hecho, podéis disfrutar de Encanto en Disney+.