Los bucles temporales están renaciendo. Y para muchos este concepto no es nuevo. Hoy más que nunca muchos estamos sintiendo el concepto de repetir el mismo día una y otra vez en nuestro vivir diario. Si bien puede darse el caso de que no haya tantas historias que se puedan contar dentro de este género, El mapa de los instantes perfectos demuestra que aún hay más por ver en este mundo.
Así que Mark (Kyle Allen) se despierta y comienza su día. Pero a diferencia de la realidad, cada movimiento está perfectamente sincronizado como si supiera todo lo que está a punto de suceder. Por supuesto, esto significa que sabe lo que está a punto de suceder porque Mark está atrapado en un bucle temporal. Mark pasa sus días intentando copiar a Bill Murray en Atrapado en el Tiempo. Por ello día tras día trata de cortejar a Phoebe (Anna Mikami). Pero un día algo cambia en su ciclo perfecto cuando aparece Margaret (Kathryn Newton), y descubre que no es el único atrapado.
El mapa de los instantes perfectos es una de esas películas en las que no parece pasar nada relevante. Pero cuando escarbas comienzas a ver su profundidad. Esto comenzamos a notarlo en la manera en la que nos muestran que Mark lleva mucho tiempo atrapado en el ciclo. Para poder hacer funcionar esto tiene que crearse una coreografía en tomas largas para demostrarlo.
Por otro lado, están esos instantes perfectos. «Sé que tienes que irte, pero debes ver esto«, insiste Mark arrastrando a Margaret para que pueda presenciar un instante lo suficientemente divertido como para que haya vuelto para verlo una y otra vez. Mark ha estado manteniendo una lista mental de eventos fortuitos y pequeñas alegrías. Pronto, convence a Margaret de que los dos deberían reunirlos, recorriendo la ciudad metódicamente para hacer el mapa del que el título nos habla.
Por encima de los bucles temporales, El mapa de las instantes perfectos es una película que ejecuta con precisión sus temas sobre prestar atención a los momentos pequeños y aparentemente intrascendentes de un día. Tiene su nota de existencialismo, pero mantiene un buen ánimo en su paso que hace que una película como esta sea agradable en todo momento. Hay un universo completo que se desarrolla a nuestro alrededor en cada día que vivimos, y la excelente ejecución de esa perspectiva hace que valga la pena verla por sí sola.
El mapa de los instantes perfectos no es un concepto innovador, pero es una película de bucle temporal ingeniosa y entretenida que encuentra sus propias ideas sobre la pérdida del tiempo. Es elegante, un poco extraña y al mismo tiempo nos ofrece cierta inspiración sincera y poco común de bondad juvenil.