El próximo 26 de abril tendremos los Oscars, la más famosa gala del cine que se encarga de “destacar” las películas del año. Una de las afortunadas es Sound of Metal (disponible en Amazon Prime), así que esta es nuestra valoración sobre ella…
El colmo de un batería
Ruben es un baterista perteneciente al dúo de metal Blackgammon junto con su novia Lou. Viven en una casa rodante mientras conducen a través del país para brindar conciertos. Sin embargo, Ruben comienza a perder su audición de repente, por lo que se dirige a una farmacia para averiguar qué le está pasando. El farmacéutico lo recomienda con un médico, quien le realiza una prueba de audición y determina que Ruben sólo puede oír con éxito entre un 20 y 30 por ciento de las palabras y que su audición seguirá deteriorándose rápidamente. El doctor sugiere que Ruben debe primero eliminar toda exposición a ruidos fuertes y después de algún tiempo someterse a más pruebas, lo que lo pondrá en un terrible dilema.
La naturalidad por encima de la melancolía
A lo largo de la historia del cine se han hecho muchísimas películas sobre enfermedades (en estos Oscars sin ir más lejos tenemos a El Padre), y concretamente muchas sobre sordera. ¿Qué hace que esta sea tan especial? Tener un aproximamiento real a vivir (o sobrevivir) con la sordera. Eso es así debido a diferentes aspectos…
Por un lado, la actuación de Riz Ahmed es buenísima. El joven actor ya nos había deleitado con grandes papeles anteriormente (sino mirad la magnífica The Night Of), pero aquí se vuelca en su personaje y transmite a la perfección el miedo y dolor de perder la audición, algo doloroso para cualquiera, pero increíblemente cruel para alguien que se dedica a la música. Algo que me deslumbra en su actuación es como capta y transmite el lenguaje no verbal (esas miradas, ese temblor, incluso esos silencios).
Tampoco querría pasar la oportunidad de nombrar la magnífica actuación de su compañero Paul Raci, el personaje con el que más aprendemos sobre qué es y cómo se convive con la sordera.
El segundo aspecto es el sonido. La edición y técnica que utilizan a lo largo de la película permiten contrastar los dos puntos de vista de la historia: aquellos que escuchan y aquellos que no. Parece algo simple y obvio, pero la manera en que juegan con el sonido para poder sentir la evolución de la pérdida de audición, es extraordinario.
Por último, y más importante, su realidad. La carta fácil de cualquier drama es caer en la historia de superación prototípica y el drama de lágrima fácil (ojo, que los respeto y disfruto igual). Pero en este caso las decisiones de guion van hacía otro lado: la aceptación de que este patrón de superación no siempre es así.
El personaje de Ahmed no concibe un mundo sin sonido, y aunque pueda afrontarlo lo que no puede aceptar es abandonar la música, algo que se nota a lo largo del film: no aceptar los consejos del médico, no creer en el método de aprendizaje y adaptación del personaje de Raci en la comunidad sorda, estar constantemente desesperado por la búsqueda de un implante coclear, etc.
La película es un constante viaje en bicicleta donde el propio protagonista es el que se pone los palos en la rueda. En ningún momento hay superación, algo triste, pero real. Y como digo, todo esto desde un nivel de seriedad que predomina por encima de lo sensiblero.
Ahora, el principal problema que le veo es que quiere abarcar muchos aspectos, pero luego no los desarrolla lo suficiente. Eso es un problema si hablamos de una película de 120 minutos. ¿Por qué digo eso?
Porque hay momentos dentro de esos 120 minutos que pueden hacerse un poco densos, que ralentizan el ritmo de la película. Lo cual lleva al siguiente planteamiento: O en esos 120 minutos se quitan algunos minutos de metraje para que el relato no decaiga, o en esos 120 minutos profundizas en los aspectos a los que no has dado la importancia que merecen.
Y porque… ¿No es extraño que no se abarque más la causa de la sordera de Ahmed? ¿Acaso no está pobremente representado el aprendizaje y pedagogía de la sordera? ¿No queda un poco colgado la relación amorosa de los dos protagonistas?
Como veis, son temas secundarios, pero que con un debido desarrollo (por pequeño que fuera) permitirían que la historia cogiera más fuerza y forma.
Conclusión
Una de las virtudes del cine es que te puede hacer pensar y reflexionar, y Sound of Metal hace exactamente eso. Te enseña qué es la sordera y las diferentes vías que hay para convivir con ella, todo esto desde una dimensión real y sincera. Puede que en esos 120 minutos algún minuto que otro sobre, o que en ese tiempo habría que profundizar más en determinados aspectos, pero lo que está claro es que es una película que impacta y conecta con el espectador.