La semana pasada Amazon Prime Video estrenaba una nueva serie antológica que muchos relacionaban con Black Mirror de Netflix. Si bien puede haber algunas similitudes, Solos va más allá de la dependencia tecnológica e indaga en la complejidad del ser humano. A través de ocho historias (dos en una) nos adentramos en un futuro evolucionado a nivel tecnológico (como en Black Mirror), pero sin explorarlo en su plenitud. ¿Por qué? Porque el principal atractivo de la serie es plantearnos cómo a pesar de las mejoras, el ser humano sigue sintiéndose solo. Y todo ello planteándonos diferentes historias con diferentes marcos que ponen en evidencia esta desdichada realidad.
El principal atractivo de Solos es su increíble reparto, encabezado por actores ganadores del Oscar, y otras caras conocidas del cine gracias a Marvel, por ejemplo. No obstante, incluso aquellos intérpretes menos reconocidos sobresalen por su entrega en el proyecto, como es el caso de Constance Wu, Uzo Aduba o Nicole Beharie. A pesar de que haya historias menos efectivas que otras, todas guardan un interesante mensaje con el que es fácil empatizar. Eso sí, hay algunos episodios cargados de monólogos como si de una representación teatral se tratase, de modo que esa característica puede desagradar a aquellos espectadores que no les guste dicho género. Pero servidora es amante de los grandes diálogos, y no le tiene miedo a su duración. Y es que los episodios oscilan alrededor de los treinta minutos y se plantean cosas tan interesantes que es difícil perder la atención.
Es cierto, no todas las historias funcionan acertadamente. Algunas incluso se quedan cortas, o pueden pecar de discursos extensos. Pero funcionan en su plenitud. Y desprenden humanidad en cada línea de guion. La baza de Solos es mostrar la complejidad de ser humanos, y la necesidad de encontrar un sentido a nuestra existencia. Trata el miedo a desaparecer, a ser olvidados, el deseo de ser visibles al mundo, el temor a mostrarnos tal y como somos, la importancia de la memoria. Y todo ello en escenografías totalmente claustrofóbicas en su gran mayoría, y que sirven como simbología de la historia del personaje que nos quieren contar.
Si Modern Love os conquistó por la forma tan efectiva de explicar el significado tan amplio de la palabra «amor», Solos os enseñará que, a pesar de vivir en un mundo totalmente conectado y avanzado tecnológicamente, la soledad sigue presente en la vida de muchas personas, y de maneras a veces insospechadas. Es difícil no sentirse identificado/a con su mensaje después de la situación tan irrealista que llevamos viviendo desde hace más de un año. David Weil capta de un modo brillante y auto reflexivo lo que nos define como seres humanos. Y todo ello sin tener que desarrollar un mundo ficticio demasiado elaborado. Porque lo que importa son las historias personales. De ahí que los actores lo den todo, y nos ofrezcan actuaciones que tocan la fibra sensible.
Como sucede con todas las series antológicas habrán episodios más sobresalientes y otros más regulares. Os identificaréis más con unos que con otros. Tal vez en algunos se echa en falta algo más de desarrollo. Pero en general, Solos consigue captar la atención del espectador y envolverlo en la historia. Porque, al fin y al cabo, nada de lo que se nos presenta nos es indiferente. Por ello, pese a las sombras que pueda tener, resulta una propuesta muy interesante y una mirada introspectiva a la complejidad de nuestra existencia.