El viernes, la plataforma Netflix estrenó la nueva versión de El Libro de la Selva dirigida por Andy Serkis. No penséis que se trata de un remake del clásico de Disney. Todo lo contrario, es una reescritura más oscura de la historia de Rudyard Kipling. Hablemos de Mowgli y de lo que nos ha parecido.
Una propuesta nueva
Warner Bros presenta un enfoque más fiel a la novela, mostrándonos algo diferente a la cinta de Disney. Una historia más oscura y dramática que no duda en mostrar la parte cruel de la selva. Para los más pequeños de la casa, no resultará ser un trauma, pero hay que avisar que su calificación es para mayores de 13 por los motivos mencionados. A diferencia del clásico de animación, no cantan y viven felices los personajes en la selva. Y sangran, sin ser el cachorro humano una excepción.

Esos detalles no hacen de esta una mala película. A pesar de no ser perfecta y resultar menos interesante mayoritariamente en su segunda parte, es un producto de calidad bien dirigido por Serkis y por tanto, merece su visionado.
Un gran reparto y una fotografía espectacular
Está claro que son sus dos mayores cualidades. Las voces de Benedict Cumberbatch (Shere Khan), Christian Bale (Bagheera), Cate Blanchett (Kaa), el propio Serkis (Baloo), entre otros (mayoritariamente actores británicos), hacen muy disfrutable la película en su versión original. En español, se mantienen los actores que normalmente doblan a estos actores, voces tan características y reconocibles. Un factor que se agradece. En cuanto a Rohand Chand, quien interpreta a Mowgli, cumple a nivel físico e interpretativo. Una pena ver cómo los papeles de Matthew Rhys y Frida Pinto son desaprovechados. Resultan ser insignificantes e innecesarios.

Visualmente, es hermosa. Gracias a un CGI bastante logrado y a una buena fotografía, la cinta se convierte en un producto bueno, no perfecto, pero entretenido.
Mowgli es una de las (pocas) películas pertenecientes a Netflix que destaca por su calidad. Un proyecto tardío que al fin vio la luz, aunque no como se esperaba. No obstante, es una buena elección para finalizar este puente desde el sofá de casa, con manta y palomitas incluídas.
