Marla Grayson (Rosamund Pike) no tiene escrúpulos a la hora de beneficiarse de los demás. Después de haberse aprovechado de docenas de jubilados como tutora legal, ella y su compañera Fran (Eiza González) ven a Jennifer Peterson (Dianne Wiest) como la nueva víctima: una gallina de los huevos de oro a la que pueden desplumar fácilmente. Pero mientras intentan llevar a cabo su plan, Marla y Fran descubren que la señora Peterson no es lo que creían, y que sus actos han entorpecido la labor de un importante criminal (Peter Dinklage). Esta es la sinopsis de la nueva película de J Blakeson (La Quinta Ola), de la cual os queremos hablar hoy. A continuación os dejamos nuestra crítica de I care a lot (también conocida como Descuida, yo te cuido).
Un comienzo prometedor
Como bien decía nuestro querido compañero El último crítico en su blog (si no habéis leído su crítica, ya estáis tardando), I care a lot triunfa en su primer tercio al ofrecernos con un humor negro sobresaliente una ambientación realista del sueño americano, basado en hacerte rico a costa de explotar a los demás. El personaje de Rosamund Pike está muy bien definido en esta primera parte, creado para causar una impresión totalmente negativa en los espectadores. El menú que nos ofrece Blakeson es suculento, aliñado con un mordaz humor británico bien dirigido y bien interpretado. La aparición de Dianne Wiest como la nueva víctima del agujero legal del que se vale la protagonista para robar a los débiles es tratado de modo satisfactorio para mostrarnos cómo el pájaro es acorralado dentro de una jaula de oro, y todo eso en un ambiente divertidamente aterrador.
Un nudo y desenlace agridulces
Lamentablemente, no todo funciona tan bien como debería. Lo que en un principio podría parecernos una comedia melodramática con crítica social hacia el sistema legal y los que se aprovechan de este para salirse con la suya, se convierte en otras cosa, pues la película toma otro rumbo y se mete de lleno en un thriller. En su segunda parte nos encontramos ante una pelea de depredadores, donde Pike y Dinklage se enseñan las garras para ver quién las tiene más afiladas. Y aquí es donde la película pierde fuelle. No es que resulte tediosa, pero dejar de lado al personaje de Wiest pasa factura, y cargar con Eiza Gonzalez toda esa parte ralentiza la trama, puesto que su personaje no aporta nada, es insustancial. El problema es que la idea que plantea es menos interesante y menos creíble que la que nos vendían al principio.
Su desenlace dejará opiniones divididas. Unos estarán a favor y otros habrían deseado que la película terminase unos minutos antes. Personalmente me posiciono del lado de los que su final es el apropiado, e incluso tiene su toque humorístico, pues al final, I care a lot resulta ser una fábula sobre la ambición. Un cuento con moraleja que habla de la avaricia, y de las consecuencias de esta.
Puede que en su conjunto no sea perfecta, pero si el espectador consigue centrarse en sus puntos fuertes, I care a lot satisface, aunque solo sea por su primera parte y por ver de nuevo la fiereza de Rosamund Pike totalmente desatada, demostrando una vez más lo bien que se le dan esta clase de papeles (muy merecido su Globo de Oro de este año, por cierto). Eso sí, las ganas de borrarle esa preciosa sonrisa no te las quita nadie, creedme.