El pasado viernes 26, tuvo lugar el combate más importante del año, el de Godzilla VS Kong. La cuarta (y ya no tan segura ultima) entrega del Monsterverse, viene dispuesta a entregarnos un disfrute audiovisual palomitero.
La gran rivalidad
Godzilla y Kong, dos de las fuerzas más poderosas de un planeta habitado por todo tipo de aterradoras criaturas, se enfrentan en un espectacular combate que sacude los cimientos de la humanidad. Kong y sus protectores emprenderán un peligroso viaje para encontrar su verdadero hogar. En el camino se cruzan inesperadamente con el de un Godzilla enfurecido que va causando destrucción a su paso por el mundo. El choque épico entre los dos titanes es solo el comienzo del misterio que se esconde en las profundidades del núcleo de la Tierra.
Aprender y mejorar en la saga de los blockbusters
No tendría sentido hablar de esta película sin poneros en contexto sobre mi visión del Monsterverse. En mi humilde opinión, de sus tres antecesoras (Godzilla, Kong: Isla Calavera y Godzilla: Rey de los monstruos), la única buena de verdad es Kong, las dos anteriores entregas de Godzilla son soporíferamente malas.
Isla Calavera tenía una dirección y fotografía muy cuidadas. Además nos brindaba una trama nueva y original de un personaje del que ya habíamos visto mil veces la misma historia. Por el contrario, las de Godzilla tenían un guion plano y unas batallas monótonas, que no aportaban nada nuevo en el género fantástico.
Así que juntar lo mejor y lo peor de ambos aspectos era arriesgado, pero ha salido extremadamente bien.
Este éxito se debe a distintos aspectos, todos con un punto en común: Quedarse con lo mejor de Kong y eliminar lo peor de Godzilla. Entremos en detalle…
Para empezar, Kong tiene muchos más minutos que Godzilla en pantalla, digamos que esta es la segunda película que nunca llegó a tener. Esto es un acierto, ya que del lagarto gigante sabemos muchísimo, sus dos entregas entraban muy en detalle de quién era y porqué hacia lo que hacía. En cambio, de nuestro gigante ancestro no sabíamos tanto. Dotarle de una profundidad (por llamarlo de alguna manera) permite a la película saber cosas que no habíamos visto anteriormente, hacerla distinta.
Pero no solo coge más minutos para Kong, sino que coge todos los aspectos positivos de su película. Esta entrega tiene aquel aire de aventuras, aquella estética colorida y aquel ritmo trepidante que tanto se disfrutaba de Isla Calavera. Incluso dentro de la trama de Kong, nos da personajes mínimamente interesantes (los fichajes de Hall, Skarsgård y Hottle), aspecto que las entregas del Monsterverse tiende a flojear bastante. Por otro lado, deja totalmente de lado aspectos de las entregas de Godzilla que lastraban tantísimo las historias, tales como estética oscura, batallas poco originales – ingeniosas o ritmo innecesariamente lento.
Una de las cosas más destacable son sus efectos visuales. Los monstruos, los escenarios, las naves, las explosiones, etc. están hechas con una calidad perfecta. En la época cinematográfica que vivimos el nivel de técnica está altísimo, y Godzilla VS Kong exprime al máximo esta herramienta para ofrecernos un despliegue de espectáculo visual (de verdad que las batallas entre los dos titanes son algo apabullante). Esto, sumado a la dirección de Adam Wingard, hace de la película un obligado visionado en cines.
Y un detalle que me tenía con miedo: Sí, hay un claro ganador. Aquí no hay excusas argumentales como ocurrió recientemente en Batman V Superman. Aquí hay un perdedor y un campeón. Así que… ¡hagan sus apuestas!
Dentro de los defectos de la película, lo que menos me ha gustado, es todo lo relacionado con el personaje de Millie Bobby Brown. Si antes elogiaba que las nuevas incorporaciones (y sus respectivas tramas) de Hall, Skarsgård y Hottle estaban bien pensadas y construidas, la trama de Bobby Brown y compañía es un continuo de chistes malos y giros tontos para poder explicar un aspecto de la trama (que si no fuera explicado funcionaría igual, se acabaría deduciendo).
No es nada novedoso que las tramas de “los humanos” cojean en el Monsterverse (sobre todo en las dos entregas de Godzilla), así que tampoco pilla por sorpresa, pero teniendo en cuenta que las batallas son tan entretenidas, esa trama es más cargante que nunca.
Y sí, podría decir algún aspecto que otro que lo considero un fallo, obviamente tiene algún sinsentido o alguna contradicción. Pero no hay que olvidar que estamos hablando de una pelea entre un mono y una lagartija de tamaños enormes, así que, ¿por qué no nos relajamos y disfrutamos de la peli?
Conclusiones
Godzilla VS Kong es lo que es, una aventura de niveles de locura enormes que se disfruta a unos niveles igual de altos. Con un apartado técnico muy cuidado, y sin ningún tipo de vergüenzas, la película brinda lo que promete: diversión. Da igual si eres #TeamKong o #TeamGodzilla, aquí el claro ganador es el entretenimiento.