La nueva serie de Netflix protagonizadas por Lily Collins se presentaba como un entretenimiento simple, pero delicioso. Contar con la capital francesa como escenario de aventuras de una joven norteamericana parecía una apuesta segura. ¿Ha sido así? Os invito a conocer mis impresiones (personales y sin intención de ofender a nadie) de Emily en París, una horterada y una falta de respeto a la cultura francesa.

B354B83B EA65 4983 AB3E CE010357C7B5 - Crítica de “Emily en París” - La “ringarde” americana

Imaginaos todos los clichés típicos de comedia romántica americana, añadiendo todos aquellos relacionados con los francófonos y la ciudad parisina. ¿El resultado? Una serie muy vistosa, con unos escenarios espectaculares y un vestuario glamuroso, pero con un pésimo guión que se va a lo fácil. Y no solo eso, a lo más hortera posible. Como ya he dicho por redes sociales, si fuera francesa me sentiría ofendida, y mucho. Y por las críticas que he leído, no es una opinión impopular.

Para los americanos será divertida la imagen retrógrada que plasman de los europeos, quedando su visión de la vida como la mejor de todas. No obstante, para los que vivimos al otro lado del charco, estaremos desfasados pero sentimos vergüenza ajena de tanta horterada. Al final, la imagen de ellos es que los francesas son unos salidos y unos vagos. Y la visión norteamericana es más actualizada y progresista. Una vez más, dejan ver su soberbia y altivez.

¿Lo mejor? Lily Collins, a pesar de su papel tan previsible y surrealista. Es convincente, y por momentos consigue complacer. Pero del reparto, además del nuevo galán que se ha dado a conocer, Lucas Bravo (que ni tan mal), no hay mucho más que destacar. Y por último, París. El recorrido por la ciudad es breve, pero merece la pena descubrir nuevos rincones que visitar en un futuro (esperemos no muy lejano) junto a una buena banda sonora que complementa con la belleza de sus imágenes. Y sí, el vestuario es maravilloso, cautiva a todo amante de la moda.

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Como conclusión, Emily en París es simple, pero arrogante e irrespetuosa. Gustará a aquellos que sepan ver más allá de sus fallos, y logre centrarse en la belleza y glamour característica de la capital. Ojalá hubiera podido ser así en mi caso. Por mi parte, mi viaje junto a Emily y compañía ha terminado.

La referencia a Audrey Hepburn en “Emily en París” es de las pocas cosas que salvar de la ficción.
La referencia a Audrey Hepburn en “Emily en París” es de las pocas cosas que salvar de la ficción.

 

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