Tras la campaña publicitaria que Warner se ha marcado para la película basada en la famosa muñeca de Mattel, pocos eran los que desconocían que este jueves 20 de julio llegaba a los cines uno de los estrenos más esperados del verano. Greta Gerwig nos trae Barbie, que bien podría ser la película más disparatada del año (todavía quedan algunos meses por delante para decidirlo), pero a la vez una de las más exitosas de 2023. Sin duda, la productora se ha currado la promoción del filme, y ha llevado a muchos espectadores (incluidas nosotras) a acercarnos a nuestro cine de confianza para disfrutar de este evento. ¿Qué nos tenía reservado Gerwig? Lo que esperábamos y más.
Una comedia llena de purpurina y mucha verdad
Si algo nos avanzaban todos los spots y tráilers de Barbie era que se trataba de una comedia bañada de rosa y purpurina. Y eso hacía que muchos nos preguntáramos cómo era posible que una película de este calibre atrajera a tantas masas a los cines a verla. Pues bien, es gracias a la buena dirección de Gerwig y su sarcástico guion, que firma junto a Noah Baumbach.
Dentro de este mundo tan ideal y estereotipado, hay muchos diálogos que son oro puro (como bien diría Àngel Llàcer). Sí, es una comedia con mucha broma facilona, pero también hay mucha crítica social, dedicando parte de su guion y sus personajes a ridiculizar el patriarcado y la masculinidad tóxica. Y no sólo descarga contra el género masculino, porque también hace una reflexión contra el feminismo radical, y en términos generales, contra las mujeres. Porque muchas veces nosotras somos nuestros peores enemigos, y ahí es cuando Barbie deja claro que no es una película destinada al público femenino, sino a todos, porque su discurso es universal.
No necesita profundizar en ninguno de los temas mencionados ni dejarse llevar por el dramatismo para llegar al espectador. Al fin y al cabo, no deja de recordarnos constantemente que es una parodia que se ríe de todo y de todos. Sin embargo, aprovecha bien su socarronería para darnos un toque de atención constante sobre un tema u otro, sin dejar de sacarnos una sonrisa constantemente.
Barbie es divertida e inteligente a la vez, y puede que no sea redonda y en ciertos momentos se pierda en su propio discurso, pero lo que vale es su esencia: es un himno a la vida, nos incentiva a amar nuestras perfectas imperfecciones y reivindica la libertad del individuo, siendo libre de todo estereotipo creado por la sociedad. Y todo ello contado a través de sus maravillosos personajes, destacando a una siempre espectacular Margot Robbie y un excelente Ryan Gosling que se roba el show en más de una ocasión. Sus secundarios funcionan muy bien, y el personaje de America Ferrera se marca un monólogo memorable que invita a la reflexión.
En definitiva, Barbie es una de las sorpresas del año. Una película que generó muchas expectativas y ha conseguido sorprender por su valentía al enfrentarse a las altas esferas, sin miedo a ridiculizar a nadie, pero a la vez embadurnándolo en purpurina y algodones para que el hachazo duela menos. Se trata de una comedia con tantas lecturas que merece más de un visionado para analizarla en plenitud. Y como muchas veces decimos, no necesita ser perfecta para conseguir su propósito: llegar al corazón. Y sorprendentemente, lo ha hecho.
