Netflix ofrece un gran catálogo de entretenimiento, apostando no solo por producciones norteamericanas, sino también nacionales. Hoy os traemos la crítica de Alta Mar, una de las últimas series originales de la plataforma y producida por Bambú Producciones, con sello español. ¿Qué nos ha parecido? A continuación podéis leer nuestras impresiones.
Un crucero que da lo que aparenta
Si habéis visto los avances, sabéis a lo que os enfrentáis. Alta mar es un drama con toques detectivescos que funciona en momentos específicos pero patina en otros. Si no eres fan de las producciones españolas de ese género, probablemente no pases del primer episodio. Aunque, tal vez, te dejes llevar por el buen trabajo de ambientación y te animes a darle una oportunidad. En mi caso, sucedió así. Y tras finalizar la serie, te encuentras con un producto entretenido, aunque intenta disimular graves grietas que podrían llevar la serie a naufragar sin ninguna duda.
¿El problema? Que es previsible. Si bien consigue sorprender en ciertos momentos, esa sensación se diluye rápidamente debido a su guión tan falto de originalidad. Y por cómo termina, sabes perfectamente qué sucederá en la siguiente temporada. Además, el conjunto de absurdezes que van apareciendo en la trama restan seriedad al tono que le han querido dar a la producción. No juzgo si es o no mala serie; depende del gusto de cada espectador. Si os encantó Velvet o cualquier otra producción de ese estilo, puede que os enganche desde el primer episodio. No hay tanto salseo, pero promete ofrecer más. Eso sí, por favor, guionistas, estrujaos los sesos para mejorar esas relaciones románticas de párvulo, que ya somos adultos. Personalmente, me ha dejado una sensación agridulce esta temporada, pues esperaba que esta serie ofreciera algo diferente más allá del bonito envoltorio que muestra su cuidada ambientación y el destacable trabajo de vestuario.
Reparto falto de carisma
Nadie destaca por su gran interpretación, aunque existen diferencias. Jon Kortajarena alegra la vista, pero le faltan muchas tablas todavía para llegar a considerarse actor. Como primer contacto con esta determinada faceta profesional, me ha dejado indiferente. A su favor diré que, a medida que avanza la serie, se nota cierta mejoría. Pero hay que seguir puliendo para dejar de ver al modelo y empezar a fijarse en él como actor.
Ivana Baquero (la que fuera la niña de El laberinto del fauno) y Alejandra Onieva, que interpretan a las hermanas protagonistas, ofrecen buenas interpretaciones, a pesar de la falta de profundidad de sus personajes.
Por otro lado, tenemos caras reconocidas del cine español, como José Sacristán, veterano actor que demuestra sus dotes, en la medida de lo que le permite su papel. Manuela Vellés, actriz también reconocida, consigue que su personaje vaya cogiendo fuerza a medida que la serie avanza, y si saben desarrollarlo bien, puede dar mucho juego en la próxima temporada.
Aunque haya buenas interpretaciones, se ven mermadas por un argumento fácil y unos personajes planos y faltos de carisma. Un problema que deben solucionar si no quieren hundirse en un futuro inminente.
Alta mar y su destino
Al parecer, el viaje continúa. El crucero sigue su rumbo a Brasil tras confirmarse su segunda temporada. Mi primera parte del viaje ha sido turbulenta, y miro con recelo el destino que se asoma. Pero algo me dice que puede haber luz al final de la tormenta, y puede que consiga remontar y disfrutar de la travesía. Al menos, eso quiero pensar.
¿Estáis de acuerdo con nuestra crítica de Alta mar? ¿O tenéis una opinión diferente? Animaos a escribir vuestras impresiones en los comentarios.