Este viernes llega a nuestros cines As Bestas, la aclamada nueva película de Rodrigo Sorogoyen. Protagonizada por dos titanes de la interpretación como Denis Ménochet y Luis Zahera, la película espera arrasar en taquilla y en la temporada de premios, ¿lo conseguirá?
En un lugar de Galicia
Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
Tres historias en una
Uno entra a la sala de As Bestas muy ilusionado, con ganas de ver esa obra maestra en mayúsculas de la que todo hablan. Servidor lo único que quería era estar embobado a la pantalla durante los 140 minutos que dura. Y uno lo consigue, pero solo durante sus 100 minutos de metraje iniciales. Me explico…
Cuando uno empieza la película empieza con muchas preguntas: ¿Quiénes son estos personajes? ¿Por qué es así su relación? ¿Qué es este pueblo? ¿Cuál es el conflicto? ¿Por qué se comportan de esta determinada manera? Un conjunto de preguntas que, a medida que la película avanza, va respondiéndose.
Y es que eso es lo que más me gusta de la película, como se presenta todo a lo largo de la primera mitad de la película. Al principio solo sabes que el personaje de Ménchonet y Zahera se llevan mal, pero no sabes por qué; y cuando a medida que avanza la película se responde a esta pregunta, cuando crees que ya lo has entendido todo, se cambia el miesterio por la tensión.
Una tensión generada por la evolución del conflicto y por la evolución de los personajes. El nivel de suspense del desarrollo de la trama es tan alto que te mantiene todo el rato con un nudo en la garganta y una sensación de “terror” (por así decirlo) debido a no saber que puede pasar (y lo que intuyes, no te “mola” nada).
Todos esto se consigue obviamente por un guion muy cuidado por parte de Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen y por la propia dirección de Sorogoyen (no tan magistral como otras veces, pero si muy eficiente). Pero si esto se consigue, es sobre todo por la actuación de estos dos vecinos.
Es apabullante el trabajo que hacen Ménchonet y Zahera: la humanidad de uno versus la maldad del otro, la esperanza versus la rabia, recibir el miedo versus ser el agente de este, … Tantos matices, todos tan bien hechos… Increíble… Todos los premios a ellos.
Pero claro, entonces llegamos a la hora y cuarenta minutos (por decir un momento aproximado), donde acaba la película… O al menos para mí. Obviamente, por respeto al espectador, no diré que ocurre ni que lleva a que piense esto, pero sí que diré que la película podía (e incluso debía) acabar ahí.
¿Por qué? Porque a partir de ahí, la película cambia totalmente de trama; todo gira alrededor de un drama que antes no estaba. Un drama que, una vez aparece, acapara toda la atención de la historia.
¿Es ese drama malo? No, para nada, ni mucho menos. Pero por muy interesante que sea, es una historia que se siente puesta sin una justificación narrativa clara. Lo más curioso de todo ello, es que esta historia tiene un final, el cual podría ser el final de la película… ¡pero no! Vuelve ocurrir lo de antes.
Cuando quedan (aproximadamente) 20 minutos de película, esta “segunda historia” acaba y empieza una tercera. Una tercera que tiene mucha más “unión” con la primera que con la segunda (y que se compagina mejor con la primera que como lo hacía su segunda). Esta “tercera historia” (mejor que la segunda parte, pero menor que la primera) es la que brinda, no solo (obviamente) el final de la película, sino también un final completo a la primera parte.
¿Confuso de leer? Igual de confuso me sentí yo en la sala de cine. Por eso mismo creo que la excesiva duración de As Bestas es el peor enemigo que tiene la película; con una duración menor hubiera sido una experiencia magnífica. Ya fuera porque tendríamos solo “la primera historia” o «la suma de la primera con la tercera». Una lástima…
Conclusión
Que toda mi explicación de los aspectos negativos de la película no le quite todas las cosas buenas que tiene la película: As Bestas es un ejemplo más de como de especial y original puede ser nuestro cine y de los buenos intérpretes que tenemos en nuestro país; pero también es un claro ejemplo de que a veces, menos es más.