El verano es época de bodas. Aunque, debido a la situación actual tal vez las veamos desde casa. En fin, incluso como espectador puede que sea la temporada del año en que apetece ver comedias románticas de esa índole, con situaciones desafortunadas y momentos incómodos que despierten una sonrisa en nuestros labios, incluso una carcajada. Esas películas que te dejan buen sabor de boca y no les pides más. Pues bien, hoy os hablamos de una que nada tiene que ver con lo mencionado, y cuya pinta es mejor que el resultado final. Os dejamos nuestras impresiones de Boda, Amor, Azar. Una comedia de Netflix, remake de la película francesa Plan de table (2012).
¿De qué trata?
No hay mucha novedad. Dentro del marco de una boda nos encontramos con un enredo tras otro, en dos versiones alternativas del mismo día. En cada una, Jack (Sam Claflin), hermano de la novia, tendrá que lidiar con una exnovia un poco alterada, un invitado no deseado que guarda un secreto, unas gotas para dormir en el lugar incorrecto y la chica que se le escapó en Roma y que el azar ha puesto otra vez en su camino. ¿Qué versión será la que prevalezca y salve el día?
Una boda desastrosa
Sin saber cómo era la original, lo que es el remake no funciona. La película cuenta con un reparto agradable pero que no conecta, debido en parte a su pésimo guión. Los gags destinados a despertar interés en el espectador son tan infantiles y repetitivos que crean indiferencia. Por momentos intenta parecerse a Un funeral de muerte o El día de la marmota, pero el intento le sale fallido. ¿El motivo? Que no cuenta con un humor inteligente ni ofrece nada nuevo que salve la trama. Las bromas son infantiles, y las situaciones embarazosas, rozan el ridículo.
Todo ello no permite que su reparto improvise y se meta de lleno en la trama enrevesada que se presenta. El resultado es mediocre. Sam Clafin es encantador, pero no consigue salvar la película. Me encantan Eleanor Tomlinson (está preciosa como novia), Jack Farthing y Tim Key; sin embargo, sus papeles son tan simples que no les permite crear un ambiente cómico y lucirse en una película de este calibre. Una pena. Y el resto me sobran más que el papel del novio, que es casi inexistente.
Amor, Boda, Azar es un quiero y no puedo. Intenta ofrecer algo diferente pero se queda muy lejos de su objetivo. Es fácil de olvidar, pues no hay nada memorable en su trama, a excepción de los lugares donde fue rodada (tanto exteriores como interiores, son magníficos), así como el vestuario, los dos únicos elementos acertados. Sus bromas son pesadas, poco originales y los momentos de lucidez se ven aplacados por otros totalmente vergonzosos. Lo siento mucho, pero esta “boda” es un desastre.
Si la comedia ya es un género con el que me cuesta empatizar, títulos como este no ayudan a mejorar mi visión en relación a este aspecto. Ojalá a vosotros os haga más gracia que a mí.
