¿A quién no le gusta un buen wéstern? ¿Y si le añadimos una buena banda sonora, convirtiendo la película en un musical ambientado en el lejano oeste? Pues tenemos la opción perfecta. Y está de aniversario. Hoy os queremos hablar de una pequeña joya bastante desconocida para muchos: La leyenda de la ciudad sin nombre. ¿Es la primera vez que oís este título? Os invitamos a seguir leyendo. Quizás os encontréis con una sorprendente historia que descubrir.

Todo empieza con una palabra: ¡oro!

Un granjero de Michigan (Clint Eastwood) y un buscador de oro (Lee Marvin) se asocian en plena fiebre de este metal en California. Sus aventuras incluirán el comprar y compartir una esposa (Jean Seberg), apoderarse de un teatro, secuestrar a seis prostitutas y convertir su campamento minero en una auténtica ciudad.

En 1951 se estrenó «La leyenda de la ciudad sin nombre» (en inglés, Paint your Wagon) en Broadway de la mano de los mismos autores de «My Fair Lady». El éxito de la obra hizo que se hablara mucho de una posible adaptación cinematográfica. El resultado fue una película de enorme popularidad en su momento y que tiene como curiosidad principal ver a dos tipos duros como Clint Eastwood (que no lo hace nada mal) y Lee Marvin, cantando. Este último, además, hizo, con su voz ronca, una inolvidable interpretación del tema principal de la película, «Estrella errante».

La leyenda de la ciudad sin nombre es una historia escrita en tono satírico, con un discurso moral de trasfondo, donde predomina el amor y la amistad. Pero a medida que vemos la creación, el auge y el declive de la ciudad se presentan temas interesantes para tratar desde una perspectiva antropológica, como ver el gran cambio que sufre la ciudad habitada por mineros viviendo en tiendas, al convertirse en una urbe popular de grandes edificios y saloons y lo que ello conlleva: el desenfreno, el vicio y los excesos. Una ciudad sin nombre, y sin leyes.

El personaje de Jean Seberg, Elizabeth, resulta ser muy interesante. En medio de una sociedad donde la mujer era hasta sorteada a cambio de bienes materiales (como le sucede a ella), se nos presenta un personaje fuerte, que, pese a aceptar el papel que le toca en el juego, sabe llevar las riendas de su vida. Una mujer empoderada (ahora que está tan de moda) viviendo con dos maridos en una sociedad completamente machista. Sarcástico, ¿verdad?

Si no la conocíais, es buen momento para visionar este wéstern musical divertido y más que entretenido, con números musicales maravillosos y actuaciones notables. Además, ver al duro de Clint Eastwood sosegado y perdidamente enamorado no tiene precio.

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