Nominada a los Globos de Oro en la categoría de mejor película de animación, Isla de Perros ha cosechado críticas positivas en su mayoría. No quería acabar este año sin visionar esta película y, tras haberlo hecho, me uno al grupo de los que la han disfrutado. Por ello, os dejo algunas razones para darle una oportunidad y ver esta joya de la animación.
El director y su peculiar visión
Wes Anderson es un cineasta difícil de clasificar. Y difícil de apreciar. Pero es innegable que posee creatividad. Con su Isla de Perros consigue adentrarnos en una ciudad fictícia, con unos protagonistas perrunos con más personalidad de lo que aparentan. Sin conseguir una película redonda (tiene sus altibajos en la segunda parte), Anderson nos presenta una historia notable en su parte técnica y dejándonos su toque tan personal y subjetivo a través de sus amigos caninos y el pequeño piloto. Y con su peculiar manera de contar historias, a través de este relato tan fascinante nos habla sobre la amistad. Hace una dura crítica a la política y a la tecnología. Incluso, según he leído, se puede ver una subtrama sobre la crisis de los refugiados. Eso es lo bello. En un filme que puede parecer frío, hay mucho en lo que indagar. Y Anderson nos invita a ver más allá.
Unos personajes encantadores
Sin caer en sentimentalismos, el espectador consigue empatizar con el grupo de perros abandonados. Eso sí, para ello, es importante adentrarse en la trama. Si no, puede ser difícil. Un grupo canino humanizado que lucha por sobrevivir, teniendo una evolución ascendente en el caso de algunos.
Sucede todo lo contrario con la mayoría de los seres humanos que comparten metraje con ellos. A excepción de unos pocos, son personajes apáticos y malvados, insensibles a la situación de los animales. Tal vez el hecho de que no hayan sido dobladas las voces en español (parte de la película es en japonés con subtítulos) hace que la distancia entre estos y el espectador sea más grande.
Desplat y su música
Lo ha vuelto a hacer. Me conquistó con La Forma del Agua, y en este nuevo proyecto, el compositor francés nos presenta una banda sonora absorbente, con buenas canciones y gran uso de la percusión. Anderson ha confiado de nuevo en Alexandre Desplat, y ha sido un acierto.
Una joya del stop–motion
Este género de animación va haciéndose hueco en el ámbito cinematográfico por la calidad de los proyectos. Isla de Perros es uno de ellos. Maravillosos planos y fascinante historia. Un filme no apto para todo el mundo y mucho menos para niños. Por mucha animación y perros adorables que haya, tiene una trama compleja de trasfondo y escenas algo “violentas” para menores de edad sin la supervisión de sus padres. Si sois capaces de relajaros y dejaros llevar por este tipo de apuestas alejadas de lo más convencional, Isla de Perros os resultará una película muy buena y de gran calidad.