El 9 de diciembre de 2004 se estrenaba la adaptación cinematográfica del exitoso musical creado por Andrew Lloyd Webber, basado en la famosa novela de Gastón Leroux. Con motivo del 15º aniversario de El Fantasma de la ópera, os traemos un post dedicado a la película, que supuso nuestro primer contacto con la obra tanto literaria como teatral.
Un largo camino hacia su realización
Debido al éxito de la obra musical, Joel Schumacher y Andrew Lloyd Webber hablaron de llevarla a la gran pantalla. Y estuvo a punto de hacerse realidad en 1989, con Michael Crawford y Sarah Brightman como protagonistas de la película, quienes también habían interpretado los papeles principales en el musical. Pero todo se postergó, debido al divorcio de Webber y Brightman. Durante los siguientes catorce años, la idea seguía en la mente de ambos amigos, y finalmente vio la luz. Schumacher se puso detrás de las cámaras y junto a Webber escribió el guión del filme. Todo empezaba a cobrar forma.
Un reparto joven y desconocido
A pesar de que sonaron nombres como el de John Travolta y Antonio Banderas para interpretar al Fantasma, Joel no quería un reparto famoso para evitar expectaciones. Quería contar con actores jóvenes y no demasiado conocidos. Y además, debían saber cantar.
Así, tras varios castings, el elegido para interpretar al Fantasma fue
Gerard Butler, quien cantaba en una banda de rock, y fue su voz de tenor ronca lo que les atrajo para personificar al protagonista.
Emmy Rossum fue la elegida para dar vida a Christine Daaé. La joven actriz contaba con 17 años cuando interpretó el papel. Se había formado en el
Metropolitan Opera desde los siete años y su destreza vocal y belleza pueril le dieron puntos extra para hacerse con el papel.
Patrick Wilson interpretó a Raoul, el interés amoroso de Christine. El actor estadounidense ya había participado en musicales como
Oklahoma! y
The Full Monty en Broadway. Su papel adquirió más protagonismo en la película, haciéndole más partícipe de la vida de Christine, como sucede en la novela.

El resto del elenco lo conformaron
Miranda Richardson como Madame Giry,
Jennifer Ellison como Meg Giry, y
Minnie Driver como Carlotta Giudicelli. Esta última no interpretó las canciones en la película, sino que fue doblada por
Margaret Preece, cantante profesional de ópera. Minnie solo interpretó la canción de los títulos de crédito,
Learn to be lonely, que fue nominada al
premio Óscar.
Diferencias con el musical y la obra literaria
Al tratarse de una adaptación del musical, mantiene la esencia de este. Omite ciertas escenas y añade otras totalmente nuevas, relacionadas sobretodo con el pasado de Erik, conocido como el Fantasma. También hay ciertas modificaciones o eventos de la historia que transcurren en orden diferente en la película, pero que no afectan al desarrollo de esta. En general, tenemos un filme de calidad, con la maravillosa música de Andrew Lloyd Webber y unas notables actuaciones que conforman una historia fascinante.
A pesar de amar el musical con locura, sí que es cierto que, tras leer la obra de Gaston Leroux, se echan en falta ciertos elementos. Uno de ellos es el personaje de el Persa, muy relacionado con el pasado del Fantasma. En el musical, y por ende en la película, aparece un mono persa que tiene Erik, como cameo o referencia del personaje omitido. Si no habéis leído la novela, os animo a darle una oportunidad y descubrir las diferencias con el musical.
Un gran trabajo de producción
Sin duda, la producción y el diseño de la película fueron notables. Se construyeron varios decorados para la guarida del Fantasma, e incluso se construyó un teatro de 886 asientos con dos plantas para recrear la Ópera de París. Uno de los detalles más espectaculares del diseño del auditorio es la lámpara de araña que adorna el techo abovedado del teatro. Un elemento muy importante en la trama. Para satisfacer las diversas necesidades de la producción, se crearon tres versiones de la araña: una para el rodaje diario; una réplica para rodar las escenas del accidente; y una versión con electricidad para las escenas ambientadas en 1919, que proporcionan perspectiva narrativa a la historia.
En cuanto al vestuario, la diseñadora Alexandra Byrne y su equipo crearon a mano 300 trajes para la ambiciosa producción, y modificaron otros 2000 obtenidos a través de una extensa exploración de casas de vestuario por toda Europa. Se ven ciertas diferencias con el vestuario del musical. Aun así, Byrne intentó mantener su esencia a la vez que aportaba un aire más moderno y sensual para la película.
¿Sabías que…?
Debido al gran número de canciones que tiene la película, se decidió que en España, Francia, Italia y Alemania la película fuese estrenada con las canciones y los textos doblados al idioma de dicho país. Decisión que no fue muy bien recibida en general. No obstante, el trabajo de doblaje en España fue maravilloso (al menos para mí, que vi la película doblada). El doblaje fue realizado por los mismos actores que habían protagonizado la obra de teatro en Madrid, contando con Juan Carlos Barona como el Fantasma, Julia Möller como Christine, Paco Arrojo como Raoul de Chagny, Belén Marcos como Carlotta, Yolanda Pérez como Madame Giry, Ana Esther Alborg como Meg Giry, David Muro como André y Tony Cruz como Firmin.
A pesar del magnífico doblaje en español, os recomiendo verla también en versión original para apreciar mejor el trabajo de los actores, que aprobaron con buena nota.
Un musical para rememorar
El Fantasma de la ópera consiguió una buena recaudación en taquilla, pero con el paso del tiempo cayó en el olvido. Para nosotras no. Esta película supuso nuestro primer contacto con el musical, que pasó a convertirse en uno de nuestros favoritos. Por ello, hoy os traemos este post especial dedicado a la notable adaptación de Joel Schumacher de la maravillosa obra creada por Andrew Lloyd Webber. Pero no nos olvidemos de agradecerle primeramente a Gaston Leroux que creara a unos de los personajes más misteriosos, terroríficos, trágicos y no menos interesantes de la literatura.